Nuevo estudio sobre cómo los latinos interactúan en línea: “La gente está cansada de pelear”

Peter Schurmann | American Community Media
Photo Credit: Freepik

Un nuevo estudio del Instituto de Democracia Digital de las Américas (DDIA por sus siglas en inglés) explora cómo interactúan los latinos con el contenido digital. ¿Qué les interesa, qué mensajes les llegan, cuáles no y por qué? El estudio, realizado en colaboración con Factchequeado y basado en foros cualitativos y entrevistas en profundidad con latinos de todo el país, ofrece una perspectiva sobre cómo el segundo grupo demográfico más grande de Estados Unidos consume contenido digital.

“Queremos comprender específicamente cómo interactúan las comunidades con los ecosistemas informáticos, qué motiva la participación y cómo se traduce esto en interacción y confianza en la democracia”, afirmó Roberta Braga, fundadora y directora ejecutiva del DDIA. Braga conversó con Peter Schurmann, editor de American Community Media.

Tu informe comienza con una estadística que me llamó mi atención: el estadounidense promedio revisa su teléfono 160 veces al día. ¿Es eso cierto?

Sí. Estamos siempre conectados en línea. Una de las preguntas que hicimos a los participantes del estudio fue que describieran sus rutinas diarias y determinaran qué revisaban a primera hora de la mañana. Casi todos mencionaron que lo primero que hacen al despertar es consultar la aplicación del clima, responder mensajes de amigos y familiares, y luego hacen passive scrolling, o sea, navegar sin rumbo por redes sociales como TikTok o Instagram. También terminan el día de la misma manera. Así que fue interesante observar que existe este patrón, donde todos compartimos las mismas tendencias y ecosistemas digitales.

Eso es interesante, porque la conversación sobre las redes sociales a menudo ha girado en torno a la fragmentación de las fuentes de información. Pero tu estas señalando una especie de tendencia unificadora.

Sigo pensando que estamos fragmentados en lo que elegimos consumir y en los espacios que frecuentamos. Pero las plataformas que visitamos y las cosas que apreciamos ver parecen tener cierta correlación.

¿Cuál fue el hallazgo más sorprendente de la investigación?

Desde que trabajo en los impactos negativos del internet y la desinformación, siempre he creído que la desconfianza es clave en estos problemas. Sigo pensando que es cierto. La gente, o al menos la comunidad latina, no confía plenamente en gran parte de lo que ve en internet, pero lo que me sorprendió fue descubrir que la confianza no es un factor determinante en algunos casos de consumo de contenido. Por ejemplo, no creo que la confianza sea tan importante como pensamos, al menos en lo que respecta al passive scrolling en redes sociales… parece que lo que la gente anhela, lo que valora y a lo que presta atención tiene más que ver con el escapismo y el entretenimiento.

¿Cuál es la diferencia entre passive scrolling y búsqueda activa?

Passive scrolling es la forma predeterminada en que interactuamos con la información cuando no buscamos nada en concreto; es el lugar donde vamos a pasar el tiempo,  así lo defino. Es la manera habitual en que nos conectamos con la información hoy en día: revisamos lo que aparece en TikTok e Instagram hasta que encontramos algo que nos llama la atención, y entonces quizás lo exploramos un poco más. Creo que el passive scrolling es la forma habitual en la que encontramos cosas.

Gran parte de lo que la gente ve cuando participa en passive scrolling está determinado por los algoritmos de cada plataforma. ¿Funcionan estos de forma diferente en español que en inglés?

No conozco los algoritmos en detalle. Pero sospecho que no son fundamentalmente diferentes entre idiomas, que siguen premiando el contenido sensacionalista, que ciertos formatos probablemente se amplifican y que la frecuencia con la que un creador publica impulsa al algoritmo a dar mayor visibilidad a su contenido. En el caso de los latinos, que suelen consumir contenido en varios idiomas (español, inglés y, en algunos casos, portugués), se les muestra contenido tanto en inglés como en español con bastante frecuencia.

Mencionaste la confianza anteriormente. ¿Cuánta confianza depositan los latinos en las fuentes de noticias tradicionales en comparación con los creadores de contenido o los influencers, por ejemplo?

La gente busca algo en que creer. Ellos quieren información creíble cuando buscan algo en específico. En ese sentido, los encuestados afirmaron confiar en las cuentas de organizaciones y de medios noticiosos, aun cuando reconocieron que los grandes medios pueden tener sesgos o intereses particulares. Siguen recurriendo a ellos porque saben que el contenido está verificado, es serio y está mejor documentado. Se mencionaron nombres de medios específicos. Surgieron medios en español, pero también medios locales y periodistas locales. Por ejemplo, una persona  de Venezuela mencionó a la periodista venezolana Carla Angola. Las señales de confianza también fueron importantes. Las organizaciones con una larga trayectoria y nombres reconocidos inspiran mayor confianza. El grado de interacción con el medio de comunicación también es crucial. Si un medio cuenta con una gran audiencia y los comentarios presentan perspectivas diversas, esto les indica que el contenido es serio. En 2022 realizamos un estudio con personas que actuaban como mensajeros. Participaron un periodista local, un activista y un vecino. El periodista local fue quien más logró alejar a la comunidad latina de la desinformación, incluso cuando algunos reconocieron que no lo consideraban muy simpático ni confiable. Por lo tanto, la institución del periodismo sigue teniendo un gran valor para la gente.

Tú mencionaste que las señales de confianza son importantes. ¿Podría darnos algunos ejemplos más?

La gente nos comentó lo mucho que valoran la proximidad geográfica de los mensajeros con los que interactúan. Eso fue fundamental. Y también la proximidad cultural. Querían que sus mensajeros les transmitieran información de primera mano de su entorno. Querían que las personas compartieran experiencias de vida similares, no solo que estuvieran físicamente cerca, sino que quizás también fueran inmigrantes o pudieran demostrar que habían vivido algo parecido. Este tipo de cosas son cruciales.

Los californianos están a punto de votar sobre la Proposición 50, relacionada con la redistribución de distritos electorales, un tema que, hasta ahora, ha sido uno de los más difíciles de abordar con las comunidades. ¿Cuál sería una manera efectiva de transmitir este mensaje?

Lo que la gente nos comentó es que buscan información que se relacione con su vida cotidiana. En el caso de la Proposición 50, no creo que la redistribución de distritos les sea indiferente, sino que no dedican mucho tiempo a pensar en cómo impactará su día a día. Los latinos en Estados Unidos valoran profundamente la familia, la comunidad y el desarrollo personal. Otra cosa que aprendimos es que la gente busca tener poder de decisión. Consideran útil la información cuando les permite actuar. Es necesario establecer esas conexiones.

La administración Trump ha atacado cada vez más a los inmigrantes por sus declaraciones en línea. ¿Cómo crees que esto podría afectar el diálogo en línea entre los latinos?

Algo que escuchamos de los participantes del estudio es que a veces se autocensuran. No usaron esa palabra, pero dijeron que a veces dudan en publicar sus opiniones en redes sociales por miedo a represalias, a perder amigos y familiares, o a que la gente se enoje con ellos. Por eso, no siempre expresan sus opiniones o no intervienen en los debates. Algunos dijeron que sí lo harían si se sintieran presionados… Un hombre comentó que finalmente se pronunció sobre el conflicto palestino-israelí porque sintió que debía tomar posición tras haber guardado silencio. Pero creo que la gente no necesariamente relaciona el miedo a ser atacada por la administración Trump con la autocensura. Les preocupa mucho la polarización partidista y lo que esto implica para sus círculos cercanos y sus relaciones. La gente está cansada de pelear.

Finalmente, ¿cómo debemos interpretar esta investigación en el contexto político actual?

Las redes sociales amplifican las brechas de percepción. Si bien la desconfianza es un problema importante en internet, la realidad es que la gente cree estar más dividida de lo que realmente está. Ellos ven muchas cosas sensacionalistas y dañinas, y piensan que eso representa a la mayoría. Sin embargo, creo que en realidad existe una mayoría silenciosa, más moderada de lo que sugiere internet. Tenemos más en común de lo que creemos, pero nos cuesta encontrar ese terreno común porque lo peor de lo peor se difunde en línea… las voces más estridentes se imponen y todos los demás se retraen.

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