La asistencia disminuye a medida que aumentan los temores: cómo las aulas están perdiendo terreno en la era Trump

Pilar Marrero | American Community Media
Uno de cada cuatro niños en Estados Unidos tiene al menos un padre inmigrante; sin embargo, las escuelas de todo el país luchan contra la escasez de personal, las barreras lingüísticas y los recortes de financiación para los programas de diversidad e inclusión. Photo Credit: Jason Sung / Unsplash

Las familias inmigrantes suelen encontrar esperanza en la educación de sus hijos, a pesar de las dificultades y la incertidumbre que conlleva la migración. En su libro Now We Are Here: Family Migration, Children’s Education, and Dreams for a Better Life (Ahora estamos aquí: migración familiar, educación infantil y sueños de una vida mejor), la académica de Harvard Gabriella Oliveira muestra cómo los padres ven la educación como una “moneda de amor”, una forma de dar sentido a los sacrificios que han hecho e invertir en un futuro estable.

Hoy en día, uno de cada cuatro niños en los Estados Unidos tiene al menos un progenitor inmigrante, pero las escuelas de todo el país se enfrentan a la escasez de personal, las barreras lingüísticas y los recortes presupuestarios en los programas de diversidad e inclusión. Oliveira advierte que el coste de no educar a estos niños se dejará sentir en toda la economía y el tejido social del país, mientras que las propias familias inmigrantes siguen mostrando resiliencia, esperanza y fe en la educación como el camino más seguro hacia la integración y las oportunidades.

En su libro, usted describe la educación como una “moneda de amor”. ¿Cómo surgió este concepto y en qué se diferencia de la narrativa habitual de la migración por motivos económicos?

Las personas suelen emigrar debido a la inestabilidad o la falta de oportunidades, pero eso es solo una parte de la historia. Las familias migrantes son más que actores económicos; tienen esperanzas y sueños. La educación se convierte en una fuerza estabilizadora, una promesa que hace que el sacrificio valga la pena. Enviar a un niño a la escuela, verlo aprender y crecer, se convierte en un acto de amor y significado más allá de lo económico.

Muchos padres siguen diciendo que Estados Unidos merece el sacrificio, pero estos son tiempos difíciles para los inmigrantes. ¿Cómo están afrontando la situación las familias ahora?

Mi investigación comenzó durante la primera presidencia de Trump, cuando la detención y la separación familiar eran prácticas generalizadas. Las familias se enfrentaron a múltiples trastornos —migración, detención, COVID— y ahora viven bajo constante vigilancia y miedo. Algunos padres evitan conducir o enviar a sus hijos al colegio, y en su lugar dependen del autobús. Esta ansiedad afecta a la capacidad de aprendizaje de los niños. Sin embargo, a pesar de todo, las familias siguen mostrando una esperanza y una resiliencia extraordinarias.

El caso de Nory Sontay Ramos, la estudiante de honor deportada junto con su madre, que posteriormente falleció, es desgarrador. ¿Cuál es el coste de este tipo de sucesos para nuestro país?

Estas políticas causan un profundo daño a los jóvenes bajo la suposición de que “son resilientes”. Eso es injusto. El trauma de la deportación o la pérdida de la familia deja cicatrices duraderas. Las políticas de disuasión causan sufrimiento de forma intencionada, creyendo que así se detendrá la migración, pero el efecto a largo plazo es la exclusión, la pérdida de confianza y el debilitamiento de nuestro tejido social.

¿Cómo pueden los educadores apoyar a las familias migrantes?

A los profesores se les pide que resuelvan los problemas de la sociedad mientras están sobrecargados de trabajo y mal pagados. Las mejores aulas comienzan con la confianza: conocer las historias de los alumnos, sus países de origen y cómo les afecta la inmigración. Cuando los niños comparten experiencias difíciles, los profesores no deben evitar el tema, sino escuchar e involucrar a consejeros, trabajadores sociales y personal. Los equipos de apoyo de toda la escuela, como los de Nueva York y Massachusetts, abordan no solo las necesidades lingüísticas, sino también las emocionales y sociales.

En su investigación, ¿los valores de los padres son más importantes que los factores económicos a la hora de motivar la migración?

Están entrelazados. Los padres emigran para proporcionar estabilidad y oportunidades, mientras que los hijos definen el éxito a través de la educación. Los padres consideran que trabajar y mantener a sus hijos es una muestra de amor; los hijos consideran que aprender y graduarse es un éxito. Los objetivos económicos y educativos van en paralelo.

Las familias del este de Asia suelen abandonar sistemas educativos muy exigentes. ¿Cómo ven la educación estadounidense y el sueño americano?

El sueño americano sigue resonando, la idea de que si trabajas duro, las oportunidades llegan. En países como Brasil, las escuelas carecen de recursos básicos, por lo que la educación estadounidense se percibe como un gran avance. Los padres latinoamericanos valoran la educación, la formación de personas amables y con principios morales, mientras que otros buscan la creatividad y la innovación que no encuentran en los sistemas rígidos. Algunos planean emigrar para obtener una mejor educación; otros descubren esas oportunidades después de llegar.

¿Dispone de datos comparativos sobre la primera y la segunda generación?

Los estudiantes de primera generación suelen progresar más rápidamente, mientras que los recién llegados empiezan con desventaja debido a las barreras lingüísticas, pero se ponen al día en quinto curso y a menudo superan a sus compañeros. Sin embargo, los resultados dependen en gran medida de la pobreza y del código postal. Muchos niños inmigrantes asisten a escuelas superpobladas y con fondos insuficientes, lo que limita su potencial.

¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrentan hoy en día los distritos escolares?

Personal. Uno de cada cuatro niños en los Estados Unidos tiene un padre inmigrante, sin embargo, muchas escuelas carecen de personal bilingüe, incluso recepcionistas o enlaces. La falta de fondos ha eliminado puestos clave. Identificar erróneamente a los estudiantes de idiomas como estudiantes con necesidades especiales es otro problema causado por la falta de capacitación y recursos.

Las familias coreanas y otras familias inmigrantes valoran profundamente la educación. ¿Cómo se compara eso con sus conclusiones y cómo pueden las escuelas apoyar a los estudiantes biculturales?

Muchas familias comparten la idea de que “la educación lo es todo”, pero la definen en términos generales, como carácter, respeto y dignidad, y no solo como éxito académico. Las escuelas suelen limitar la educación multicultural a “héroes y días festivos”. La verdadera inclusión se consigue involucrando a las familias, celebrando la cultura de forma significativa y considerando la diversidad como una ventaja, no como una desventaja.

¿Alguien ha creado una base de datos que haga un seguimiento del proceso desde la escuela hasta la deportación?

La socióloga Joanna Dreby, de la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY), dispone de datos importantes sobre las familias inmigrantes, aunque no específicamente sobre los menores debido a las leyes de privacidad. Dado que el gobierno no informa con claridad, investigadores como ella están creando bases de datos alternativas para hacer un seguimiento de estas tendencias.

¿Cómo afecta a la economía estadounidense la educación de los niños inmigrantes?

La competitividad de Estados Unidos siempre ha dependido de la mano de obra inmigrante. No educar a estos niños genera costes a largo plazo: menores ingresos fiscales, menos trabajadores cualificados y un debilitamiento de la cohesión social. Invertir en educación sostiene la fortaleza económica y social.

Algunas familias ahora mantienen a sus hijos en casa o solicitan clases en línea por temor a la deportación. ¿Qué tan perjudicial es eso?

Mucho. La mayoría de los estados volvieron a las clases presenciales, pero la asistencia ha bajado. No nos hemos recuperado de las pérdidas de aprendizaje en matemáticas y alfabetización que tuvimos antes del COVID. Cada día que se pierde aumenta la brecha. Los distritos están tratando de tranquilizar a los padres diciéndoles que es seguro, pero el miedo a la deportación mantiene a muchos alejados.

¿Cómo afecta a la educación la reacción contra la DEI?

No se trata solo de nombres. Eliminar las oficinas de DEI significa perder financiación, personal y conocimientos institucionales. Sin un apoyo centralizado, los profesores se quedan solos. Las personas que crearon los sistemas inclusivos están siendo expulsadas y sus conocimientos están desapareciendo.

¿Qué barreras enfrentan los estudiantes inmigrantes indígenas cuando las escuelas asumen que todos los latinos comparten el mismo origen?

En una escuela de Nueva York se hablan más de 125 idiomas. Es imposible abarcarlos todos, especialmente los indígenas, pero las escuelas pueden invitar a los padres a participar como voluntarios y utilizar herramientas tecnológicas para traducir. La clave es la curiosidad, no ver la diversidad como una carga. Programas como “lunch bunches” ayudan a los niños a compartir con orgullo sus culturas en lugar de ocultarlas.

¿Cómo pueden los padres animar a los niños a seguir yendo al colegio a pesar del miedo y las dificultades?

Los adolescentes que emigran tarde suelen preferir trabajar en lugar de estudiar, mientras que los niños más pequeños tienen más probabilidades de graduarse. Los padres deben insistir en cómo cada etapa educativa (secundaria, instituto, universidad) multiplica las oportunidades. Pero los niños no deben soportar la carga emocional de «salvar» a la familia. Necesitan tanto ánimo como apoyo emocional.

¿Cómo equilibran las familias inmigrantes la educación formal y la formación profesional?

La educación formal K-12 es esencial, pero las trayectorias vocacionales son igualmente valiosas. Los padres fomentan los intereses de sus hijos, ya sea que eso los lleve a un oficio, a un colegio comunitario o a una carrera universitaria de cuatro años. Todas las rutas hacia la estabilidad y el éxito son significativas.

¿Qué pasa con las ONG y los organizadores locales que llenan los vacíos dejados por la reducción del apoyo federal?

Son héroes anónimos que trabajan con fondos insuficientes y sobrecargados de trabajo. A pesar de la disminución de los recursos, las comunidades locales están reconstruyendo la solidaridad mediante campañas de recolección de alimentos, programas de ropa y ayuda vecinal. Gran parte del trabajo real se realiza ahora a nivel local, a menudo de forma discreta, para evitar reacciones adversas. Es fundamental apoyarlos mediante donaciones.

¿Cómo se puede llegar a los políticos conservadores que rechazan los argumentos a favor de los inmigrantes?

El enfoque más eficaz es centrarse en los niños. La historia de un solo niño puede salvar las diferencias y apelar a los valores morales compartidos. Cambiar la narrativa de los inmigrantes que “toman” a los inmigrantes que “dan”, a través de la educación y la contribución, tiene un gran impacto. Cuando las conversaciones se centran en el bienestar de los niños, incluso los escépticos comienzan a escuchar.

(Esta conversación ha sido editada por motivos de extensión. Puede leer la entrevista completa en americancommunitymedia.org/media-briefings/.)

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Education

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