A medida que se termina el verano y se acerca el otoño, empieza el afán de la preparación para el regreso de los niños a la escuela. Los padres podrían tener preguntas sobre la temporada de influenza y de resfriados que se avecina y la mejor manera de mantener sanos a sus hijos en el salón de clases. La buena noticia es que las vacunas están disponibles ahora y son, sin duda, la forma más eficaz de ayudar a proteger a los niños de enfermedades respiratorias como la influenza. Las vacunas contra la influenza están recomendadas para todas las personas de 6 meses de edad y mayores, y vacunar a sus hijos contra la influenza puede ayudar mucho a crear salones de clases y comunidades más saludables. En el otoño, también habrá una nueva vacuna contra el COVID-19 disponible para ayudar a proteger a sus hijos.
Es importante recordar que durante el otoño y el invierno pasados vimos la circulación conjunta de la influenza (gripe), el COVID-19, el virus respiratorio sincitial (RSV, por sus siglas en inglés) y otras enfermedades virales y bacterianas. Se vio un alto nivel de absentismo en las escuelas y muchos niños fueron hospitalizados. Aunque las vacunas contra la influenza no siempre previenen la enfermedad, reducen los síntomas más intensos y las faltas a la escuela o el trabajo y otras actividades importantes.
Lamentablemente, las decepcionantes tasas de vacunación contra la influenza ayudan a fomentar la propagación de la enfermedad. La vacunación contra la influenza entre los niños ha bajado 5 puntos porcentuales desde la pandemia de COVID-19. Es importante revertir esa tendencia para mantener sanos a nuestros hijos en el salón de clases este invierno.
Combata la influenza con la vacuna
Las vacunas contra la influenza están recomendadas para todas las personas de 6 meses de edad y mayores. Entre los muchos beneficios que ofrecen, las vacunas contra la influenza reducen el riesgo de contraer la enfermedad y de ser hospitalizado. Y, en caso de contraer la enfermedad, pueden reducir los síntomas más intensos, lo que hace que sea más leve y más corta. La influenza puede ser muy grave en los niños, y la vacuna ha demostrado proteger contra la enfermedad y sus resultados potencialmente graves.
La mayoría de los niños necesitarán una sola dosis de una vacuna contra la influenza cada año. Los meses de septiembre y octubre son el momento ideal para vacunarse contra la influenza. Sin embargo, si sus hijos van al médico en agosto (por ejemplo, para la visita de regreso a la escuela), pueden ser vacunados entonces si es posible no vayan a volver al médico en otoño para recibir esta vacuna. Es mejor ponerse la vacuna contra la influenza temprano que no llegar a ponérsela. No obstante, ponerse la vacuna más adelante, incluso en enero o después, aún puede ser de beneficio.
Algunos niños podrían necesitar dos dosis de una vacuna contra la influenza, incluidos los de 6 meses a 8 años de edad que la reciban por primera vez. Se les debería poner la primera dosis tan pronto como la vacuna esté disponible. Deberían recibir la segunda dosis al menos cuatro semanas después de la primera. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades compartió esta recomendación recientemente como la mejor forma de mantener sanos a los niños esta temporada de influenza.
Cómo fomentar un ambiente de aprendizaje saludable y seguro para nuestros hijos
Como padres, sabemos que el inicio de un nuevo año escolar puede ser estresante. La buena noticia es que podemos enfrentar el cambio de estación con confianza sabiendo que nuestros hijos están al día con sus vacunas. Al asegurarnos de que nuestros hijos estén vacunados contra la influenza, reducimos su riesgo de enfermarse, ser hospitalizados o morir a causa de esta enfermedad. La vacuna contra la influenza puede suavizar los peores síntomas de la enfermedad y evitar que los niños falten a la escuela o guardería infantil y que los padres falten al trabajo. Combatamos juntos la influenza para que los niños puedan sacarle el mayor provecho a su experiencia escolar. La vacunación y las medidas preventivas pueden ayudar a detener la propagación de enfermedades respiratorias.
