Apoyo a los neoyorquinos con discapacidades que enfrentan desafíos de salud mental

Emily Scott | California News Service
Los adultos con discapacidades informan que experimentan angustia frecuente casi cinco veces más que los adultos sin discapacidades. Las citas de telesalud pueden ayudar a que los recursos de salud mental sean más accesibles. Photo Credit: Adobe Stock

La pandemia ha tenido un impacto devastador en las personas de todo el país. Para las personas con discapacidades, que ya de por si enfrentan mucho aislamiento social, el COVID-19 solo ha exacerbado los desafíos de salud mental.

Un estudio reciente encontró que los adultos con discapacidades reportan experimentar más angustia que aquellos sin discapacidades.

Durante el Mes de Concientización sobre la Salud Mental, la Dra. Sharon McLennon-Wier del Centro para la Independencia de los Discapacitados de Nueva York dice que es importante reconocer los obstáculos para recibir tratamiento de salud mental que enfrentan las personas con discapacidades.

“Para una persona con discapacidad, que tiene problemas con el transporte y los viajes, puede sentirse atrapada por no poder salir físicamente y buscar servicios,” explica McLennon-Wier. “Debido a sus ingresos limitados, puede sentir que no puede pagar los servicios de salud mental.”

McLennon-Wier agrega que los recursos de salud mental están disponibles a través del telesalud para las personas que lleguen a enfrentar desafíos de transporte. En Nueva York, los psicólogos, trabajadores sociales, consejeros de salud mental y terapeutas matrimoniales y familiares pueden brindar servicios virtualmente.

La Academia Estadounidense de Medicina Física y Rehabilitación estima que 22 millones de personas en todo el país pueden identificarse como personas con discapacidades como resultado a las complicaciones del COVID prolongado.
La Dra. McLennon-Wier dice que este importante cambio en la vida puede ser difícil de afrontar para las personas, pero es importante que reconozcan que no están solos.

“Esa persona que acaba de quedar discapacitada tendrá muchas emociones diferentes relacionadas con el diagnostico,” dice McLennon-Wier. “Por lo tanto, se necesita tiempo para adaptarse y repensar como normalmente hacia las cosas que ahora ya no puede hacer de la misma manera.”

Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., el COVID prolongado puede considerarse una discapacidad según la Ley de Estadounidenses con Discapacidades si afecta significativamente las principales actividades de la vida.

En Nueva York, el Centro de Atención Post-COVID del Monte Sinai ofrece recursos para controlar la ansiedad y la depresión, el síndrome de estrés postraumático y otros problemas emocionales como resultado de los síntomas persistentes.

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