David Bacon
American Community Media
FRESNO, California – Según Sarait Martínez, preservar la cultura es algo más que mantener la tradición, la lengua o las costumbres. Es “un medio de supervivencia”.
Martínez dirige el Centro Binacional para el Desarrollo Indígena Oaxaqueño, una organización sin ánimo de lucro con sede en Fresno que aboga por las comunidades indígenas mexicanas del Valle Central de California y sus alrededores. Ayudó a organizar la celebración de la Guelaguetza del 28 de septiembre en Fresno, un fabuloso despliegue de bailarines con elaboradas máscaras y altos tocados, que interpretan música de los pueblos indígenas de México, especialmente del sureño estado de Oaxaca.
“Como indígenas de Oaxaca, hemos celebrado la Guelaguetza desde hace 25 años”, dijo Martínez. “Pero este año era especialmente importante hacerlo, debido a las amenazas de detención provenientes de ICE y la administración Trump. No podíamos dejar que eso nos detuviera”.
El festival de este año en Fresno se llamó, “Resistencia, Cultura, Raíces, Tradición”. El Centro Binacional y su organización hermana patrocinadora, Frente Indígena de Organizaciones Binacionales, llamaron a la Guelaguetza, “una ofrenda o compartir, y en esta celebración, alegremente ofrecemos a todos nuestras danzas, los sabores de nuestra comida, música regional, y las tradiciones de la cultura oaxaqueña.”

Miriam López, cofundadora junto a Raúl Cortés del Ballet Folklórico Nueva Antequera, trenza el cabello de una joven mientras el grupo se pone el vestuario para interpretar uno de los Sones Istmeños en la Guelaguetza. Photo Credit: Copyright David Bacon
La Guelaguetza principal se celebra en el propio Oaxaca, pero en las últimas cuatro décadas, el número de mixtecos, triquis, chatinos y otros pueblos indígenas en Estados Unidos ha crecido tanto que ahora se celebran varias Guelaguetzas cada año al norte de la frontera. Un estudio de 2016 estimó que 350.000 migrantes indígenas mexicanos viven en California.
Este año, sin embargo, la comunidad oaxaqueña de Madera, a unos 32 kilómetros al norte de Fresno, decidió no celebrarla por temor a que la gente corriera peligro de sufrir redadas del ICE. La Guelaguetza de Los Ángeles, a menudo la mayor de California, se canceló después de que la ciudad se viera envuelta en una intensa serie de redadas y ocupaciones por parte de la Guardia Nacional.
Martínez afirmó que la amenaza de redadas no disuadió a las decenas de jóvenes que acudieron como voluntarios el pasado domingo para ayudar a organizar el acto. Calculó en varios miles el número de asistentes.
La Guelaguetza de Fresno se celebró en el Fresno Community College y fue retransmitida en directo por Radio Bilingüe, una cadena de emisoras bilingües que emite a comunidades de todo el suroeste. Parte de su programación es en lenguas indígenas y puede escucharse en el propio Oaxaca.
Las comunidades indígenas oaxaqueñas de Estados Unidos organizan grupos de danza que se preparan todo el año para el acontecimiento. Estos grupos ofrecen la oportunidad de mostrar su vibrante cultura y de que los jóvenes que crecen en Estados Unidos aprendan su lengua y sus danzas e imaginen un hogar que quizá nunca hayan visto. Muchos pasan a formar parte de los grupos de danza que recorren el estado y bailan durante el verano y el otoño.
El difunto líder de la comunidad mixteca Rufino Domínguez-Santos explicó en una historia oral de 2006 que la danza y la lengua no son sólo una forma de celebrar la identidad, sino un pegamento esencial que mantiene unidas a las comunidades, ayudándolas a sobrevivir en un entorno hostil.
“Más allá de organizarnos y enseñar nuestros derechos”, explica, “intentamos salvar nuestra lengua. Aunque hayan pasado 500 años desde la conquista española, aún la hablamos. Estamos preservando nuestra forma de bailar y rescatando nuestras creencias perdidas: que la naturaleza es algo sagrado para nosotros, como lo era para nuestros antepasados.”
Antiguo organizador sindical durante treinta años, los fotoensayos e historias de David Bacon tratan de captar el valor de las personas que luchan por la justicia social y económica en países de todo el mundo.