Existe Ayuda Celestial Para Casos Migratorios

Mario Jiménez Castillo | El Observador
Photo Credit: United States government work

Una vez más nuestra comunidad hispana, se verá afectada ante los cambios de las leyes migratorias.

Existe un temor latente ante deportaciones masivas, en las cuales aquellas personas que carecen de documentos, se pueden ver afectadas. Nuestro compromiso como hispanos, será unificarnos y ayudarnos entre sí. Dios mediante estas nuevas leyes, no perjudiquen, a personas honradas, y trabajadoras.

Aquellos que han migrado para huir de la violencia, de la falta de oportunidades, del comunismo, de la discriminación, y de otros demonios. Éste es el momento de unirnos y luchar, ayudar y proteger a quien lo necesite. Hablemos un mismo idioma hispanos, hay muchas cosas que nos unen como una misma raza, y un mismo sentir.

El amparo celestial ante esta crisis que se avecina está latente. Contamos con dos santos protectores, quienes han sido designados como santos patronos de los inmigrantes. Mantengamos nuestro corazón lleno de fe y de esperanza, ayudemos a quien lo necesite, protejamos a nuestra comunidad hispana.

Santa Francisca Javier Cabrini    

 Santa Francisca (1850-1917) nació en una zona rural en Lombardía, Italia. Desde pequeña soñaba con ser misionera, y viajar a China. Sin embargo, su mala salud no le permitió ingresar en el convento. Poco después buscó empleo en un orfanato, e hizo los votos correspondientes. Unos años más tarde fundó la orden de las “Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón”, orden que proveía educación cristiana a niñas desamparadas. Santa Francisca insistía en ir a China, pero el Papa le pidió que viajara a Estados Unidos. Cuando llegó a Nueva York, ya contaba con cientos de alumnos, pero hacían falta escuelas. Una buena samaritana le apoyo con suficientes fondos, y con una propiedad. Fue así como se fundó, el primero de los 67 orfanatos que la Santa hizo construir. Gracias a su temple y convicción fue canonizada en 1946. Se le considera la Patrona de todos los Inmigrantes. Y fue la primer ciudadana americana en ser declarada Santa.

Se le pide en todo lo referente a asuntos de inmigración, no importa lo difícil que sea un caso, si se le pide con fe, ella le asistirá.

Oración 

Bendita patrona de los inmigrantes, Santa Francisca

Javier Cabrini, en este día te pedimos por todos los americanos,

los del norte, los del sur, los del este y el oeste, y por toda la

juventud del mundo. No dejes de trabajar, y de interceder en

el cielo, por los  que todavía luchamos con los peligros en esta tierra.

Disuelve con tus plegarias los sentimientos racistas, y ayúdanos

a vivir con fe, en paz, y en tolerancia con el prójimo.

Amén.

Santo Toribio Romo

Toribio Romo González(1900-1928) nació en Santa Ana de Guadalupe,

Jalostotitlán, Jalisco, México. Sus padres y demás familia, se ocupan en labores agrícolas.

Desde muy niño se observó su vocación hacia el sacerdocio. Su hermana María, siempre le apoyó, y gracias a ella se animó a ingresar al “Seminario Auxiliar de San Juan de

los Lagos.” Ya en el seminario y siendo un adolescente, comenzó su gran obra: auxiliaba a los enfermos, procuraba alimentos a los más necesitados, era compasivo con los

animales, y brindaba protección a los huérfanos, inmigrantes, y desamparados.

Miles dan testimonio de sus milagrosas intervenciones, especialmente en asuntos

migratorios, existen millares de testimonios de fieles, que dan fe de la ayuda que han

recibido del Santo, quién por decreto popular, es proclamado como:  “El Santo de los Inmigrantes.” En 1992 fue Beatificado, y el 21 de mayo del año 2000 fue canonizado.

Oración

Padre Santo, que enviaste a tu hijo a

proclamar el reino de cielos entre nosotros,

y él obediente a tu voluntad, llevó a

cabo la misión que le encomendaste.

Te pedimos por intercesión de Santo

Toribio Romo, que cuides y protejas a

los inmigrantes que han partido a

tierras lejanas, en busca de superación

propia y de sus familias. Cuídalos de

todo mal, bendícelos en salud y en trabajo,

y haz que se mantengan firmes en la fe,

creyentes en las bondades del cielo, y sean

fieles testigos del amparo del Señor Jesús.

Ilumínales con la santa y bienaventurada

luz del Todopoderoso.

Amén.

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