Endurecen normas laborales para estudiantes en CalFresh

Suzanne Potter | California News Service
CalFresh organiza periódicamente actos de divulgación en los campus universitarios para dar a conocer el programa a los estudiantes y ayudarles en el complejo proceso de solicitud. Photo Credit: Michael Burrows / Pexels

Las exenciones de la época de la pandemia que permitieron a muchos estudiantes acceder a los beneficios de alimentos de CalFresh sin tener que trabajar 20 horas semanales expiraron en junio, dejando a muchos estudiantes tambaleando.

Las prestaciones de CalFresh oscilan entre los 23 y 281 dólares al mes para un hogar de una sola persona, y los datos mostraron que 127,000 estudiantes estaban inscritos antes de la pandemia.

Carrie Welton, del Instituto para el Acceso y el Éxito Universitarios, afirma que los requisitos laborales desaniman a los beneficiarios de CalFresh a inscribirse, y dificultan mucho más que los estudiantes de bajos ingresos se dediquen a sus estudios.

“Las normas estudiantiles se implementaron en los años 70 por temor a que los estudiantes que parecían temporalmente pobres porque estaban matriculados en la universidad, pero seguían recibiendo ayudas de sus padres pudieran acceder a CalFresh,” explica Welton. “En realidad no hay datos que sugieran que ese sea el caso.”

En junio, el congresista de California Jimmy Gómez presento la Ley EATS de 2023, que consideraría la matrícula universitaria como requisito de trabajo para el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, o SNAP, que paso a llamarse CalFresh en el Golden State. Sin embargo, el proyecto de ley se enfrenta a una ardua batalla con los republicanos quienes recientemente pusieron como condición para elevar el límite de endeudamiento, la expansión de requisitos de trabajo para los beneficios de alimentos.

Brandi Simonaro es codirectora del CalFresh Outreach Higher Ed Project, una iniciativa estatal con sede en Cal State Chico. Ella dice que el gobierno debería facilitar a los estudiantes de bajos ingresos el acceso a los servicios básicos durante sus estudios universitarios.

“Realmente lo vemos como empleo y formación para que los estudiantes asistan a la universidad, amplíen sus conocimientos, obtengan esa formación adicional para futuros trabajos con el fin de ampliar sus ingresos y contribuir más a la sociedad en su conjunto,” asegura Simonaro. “Así que definitivamente consideramos que satisface ese requisito.”

Un estudio de la Universidad de Georgetown concluyo que las personas que obtienen un título de asociado ganan un 25% más a lo largo de su vida, que las que solo tienen un diploma de secundaria, y las que tienen una licenciatura ganan un 75% más.

El apoyo para este reportaje fue aportado por la Fundación Lumina.

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