Roddy Scheer y Doug Moss
EarthTalk
La Inteligencia Artificial (IA) se está integrando rápidamente en nuestra vida cotidiana: ahora contamos con chatbots, motores de búsqueda y asistentes virtuales que pueden imitar conversaciones reales. Pero a medida que las tecnologías de IA avanzan, también lo hacen las preocupaciones ambientales. Los defensores del medio ambiente advierten que el creciente consumo energético de la IA, el aumento de las emisiones de las infraestructuras de construcción y la posibilidad de ralentizar las iniciativas de energía limpia pueden convertirse en graves amenazas en nuestra lucha contra el cambio climático.
Los sistemas de IA, incluidos los modelos generativos como Stable Diffusion XL o ChatGPT, consumen muchísima energía para funcionar. Crear una sola imagen puede consumir tanta energía como cargar completamente un teléfono inteligente. Si multiplicamos eso por los millones de usuarios que generan imágenes y texto a diario, el impacto ecológico crece rápidamente. La Agencia Internacional de la Energía afirma que el consumo de electricidad de la IA, los centros de datos y las criptomonedas podría duplicarse entre 2022 y 2026. Esto equivale a añadir “al menos una Suecia o como máximo una Alemania” a la demanda energética mundial. La IA también genera más contaminación debido a los edificios y equipos necesarios para su funcionamiento. Grandes empresas tecnológicas como Microsoft invierten enormes cantidades de dinero: Microsoft planea invertir 50 000 millones de dólares al año solo en la construcción de más centros de datos, edificios gigantescos llenos de potentes ordenadores que consumen mucha energía.
La construcción de estos centros de datos también requiere materiales con alto contenido de carbono: acero, cemento y semiconductores, que aumentan aún más las emisiones. Estos avances también contradicen las promesas climáticas que la empresa ha hecho públicas. Microsoft, por ejemplo, se comprometió a alcanzar cero emisiones netas para 2030. Sin embargo, según la corresponsal de tecnología de NPR, Dara Kerr, “Microsoft también ha informado de un aumento de las emisiones debido a los centros de datos. Afirma que sus emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado casi un 30 % desde 2020”. Google también informó que la IA ha aumentado significativamente sus emisiones, principalmente debido a la electricidad que se utiliza para alimentar los centros de datos.
Una de las principales preocupaciones es cómo satisfacer esta creciente demanda de electricidad. Si se utilizan plantas de combustibles fósiles para suministrar la energía necesaria para la IA, se podría revertir el progreso logrado en la reducción de las emisiones de carbono. Si bien existe la esperanza de que la IA impulse la innovación en energías limpias y eficiencia energética, este camino es muy costoso y no está totalmente garantizado. Según Amigos de la Tierra, la IA podría, de hecho, retrasar la transición a energías limpias si los gobiernos y las empresas no la regulan. No todos los expertos creen que la IA sea la mayor amenaza climática. Algunos argumentan que otros sectores, como los vehículos eléctricos y las fábricas, también impulsan la demanda energética. Aun así, la forma en que alimentemos y gestionemos la IA determinará si beneficia o perjudica al clima.
CONTACTOS: Hemos calculado la huella energética de la IA. Aquí tienes la noticia que aún no conoces: https://www.technologyreview.com/2025/05/20/1116327/ai-energy-usage-climate-footprint-big-tech/; Por qué la IA utiliza tanta energía y qué podemos hacer al respecto, https://iee.psu.edu/news/blog/why-ai-uses-so-much-energy-and-what-we-can-do-about-it.
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