Cuando el rapero Kendrick Lamar subió al escenario del Super Bowl LIX, donde los Philadelphia Eagles dominaron a los Kansas City Chiefs 40-22, los fanáticos esperaban una actuación electrizante de uno de los artistas más famosos del hip-hop.
Lo que obtuvieron fue aún mayor: una actuación del ganador del Premio Pulitzer repleta de simbolismo, comentarios culturales y un inconfundible llamado a la acción.
Si bien algunos espectadores criticaron el espectáculo de entretiempo por falta de espectáculo, otros lo vieron como una declaración audaz en un momento en el que muchos afirman que las voces negras están siendo silenciadas. En una era en la que el entretenimiento se utiliza a menudo como una distracción, ¿estaba Lamar utilizando uno de los escenarios más grandes de Estados Unidos para despertar al país?
Desde el momento en que comenzó el espectáculo, quedó claro que no se trataba sólo de música; se trataba de un mensaje.
Lamar no es ajeno a combinar el arte con el activismo, y esta actuación hizo lo mismo, dejando mucho para que el público analizara.
Quizás la imagen más llamativa de la noche fue la interpretación del Tío Sam por parte de la estrella de Hollywood Samuel L. Jackson, un golpe no tan sutil a la controvertida historia de Estados Unidos en lo que respecta a las relaciones raciales. Conocido por su imponente presencia en películas como Pulp Fiction y Django Unchained, el papel de Jackson en la actuación fue una declaración deliberada sobre el poder y el control.
La apariencia patriótica tradicional del personaje original fue reemplazada por una versión más moderna y callejera, reforzando el tema recurrente de Lamar sobre la identidad negra bajo el dominio estadounidense.
Los bailarines de fondo de Lamar también vestían uniformes de estilo militar, posiblemente simbolizando tanto la obediencia al sistema como la resistencia contra él. La combinación de colores rojo, blanco y azul estaba siempre presente, pero más que una celebración del patriotismo, parecía un reflejo de las contradicciones de Estados Unidos.
El escenario en sí parecía cerrado por momentos, evocando imágenes de confinamiento, prisión y opresión sistémica. Los fanáticos recurrieron a las redes sociales para decodificar estos detalles, comparándolos con el trabajo anterior de Kendrick en álbumes como To Pimp a Butterfly y DAMN.
La tensión de larga data entre Lamar y el rapero Drake alimentó más especulaciones sobre los mensajes ocultos de la actuación, especialmente desde que Lamar interpretó “Not Like Us”, una canción ampliamente interpretada como un ataque directo a Drake.
Su enemistad, que se remonta a principios de la década de 2010, se intensificó después del ahora legendario verso de Lamar en Control, donde criticó a varios raperos, incluido Drake, que afirmaban ser los mejores en el juego. Desde entonces, se han intercambiado tomas subliminales en entrevistas, canciones e incluso discursos en entregas de premios.
Además de eso, la leyenda del tenis Serena Williams sin querer se convirtió en parte de la conversación cultural después de que las cámaras la captaran haciendo el Crip Walk en las gradas durante “Not Like Us”, pero ¿quizá lo sacaron de proporción?
El Crip Walk se originó en la cultura de las pandillas de Los Ángeles, pero desde entonces se ha convertido en un movimiento de baile popular, utilizado a menudo en celebraciones deportivas y de hip-hop. Sin embargo, debido a sus raíces, ha generado controversia en el pasado.
El momento Crip Walk de Serena se volvió viral de inmediato, lo que llevó a algunos a especular que estaba ensombreciendo a Drake, con quien salió brevemente. Pero esta afirmación no tenía peso; Serena, 23 veces campeona de Grand Slam, ha realizado el Crip Walk varias veces antes, sobre todo después de ganar una medalla de oro olímpica en 2012.
Como recordatorio, el ícono del hip-hop Snoop Dogg también habló abiertamente de Crip Walked durante el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl de 2022, pero fue aceptado como un divertido tributo al hip-hop de la costa oeste.
Entonces, ¿Por qué el momento de Serena generó más controversia?
Intencional o no, su movimiento de baile se convirtió en otro ejemplo más de cómo la cultura negra es constantemente analizada, debatida y, en ocasiones, vigilada.
Si la actuación de Lamar pareció una llamada de atención, es porque lo fue.
Su mensaje final, “Apaga la televisión”, generó fuertes comparaciones públicas con el innovador éxito de 2018 de Donald Glover, “This Is America”, un video musical lleno de simbolismo social y político que obligó a los espectadores a confrontar los problemas profundamente arraigados de Estados Unidos.
Al igual que Glover, Lamar optó por utilizar el arte como resistencia, en lugar del entretenimiento por el entretenimiento.
Para aquellos que amaron y odiaron el espectáculo de medio tiempo del rapero, una cosa está clara: no fue simplemente otro espectáculo lleno de fuegos artificiales, pausas de baile o momentos pop virales. Y en el clima actual, esa puede ser la actuación más audaz de todas.