La escuela ha vuelto y una forma en que los padres pueden preparar a sus hijos para el éxito es asegurarse de que el tiempo frente a la pantalla no interfiera con el sueño.
La Dra. Maida Chen, profesora de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, dijo que existe una fuerte conexión entre el sueño y la salud mental, y se afectan entre sí de forma circular, lo que Chen señaló que las pantallas pueden exacerbar.
“Las pantallas funcionan en ambas direcciones, de modo que si tienes problemas de salud mental subyacentes, las pantallas empeorarán el sueño”, explicó Chen. “Si tienes problemas para dormir, estos empeorarán hasta el punto de, tal vez, desencadenar aún más el desarrollo de problemas de salud mental”.
Chen señaló que no son sólo las pantallas las que afectan el sueño. El contenido, especialmente en las redes sociales, puede ser activador. Puede provocar ansiedad, por ejemplo, lo que dificulta el sueño. La salud mental es un problema importante para los jóvenes. Un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades encontró que el 42% de los estudiantes de secundaria se sintieron constantemente tristes o desesperanzados en 2021.
Chen cree que las redes sociales aumentaron el aislamiento social durante la pandemia, lo que generó mayores problemas de salud mental y sueño para los jóvenes. Pero también enfatizó que los adultos deben modelar el comportamiento que quieren ver en sus hijos.
“No tiene sentido para nosotros castigar a nuestros adolescentes por estar en sus teléfonos y en las redes sociales cuando se dan la vuelta y eso es todo lo que ven hacer a los adultos en su mundo”, sostuvo Chen.
Para ayudar con el problema, Chen añadió que las familias no tienen que cambiar sus hábitos de una vez. Sugirió tener tiempo sin pantalla unos 30 minutos antes de acostarse, cuando las familias pueden pasar tiempo juntas. Si hay medios de comunicación involucrados, Chen aconsejó que las familias deberían ver algo juntos.
