¿Cómo se dice “gerrymandering” en español?

Pilar Marrero | Ethnic Media Services
Photo Credit: Elliott Stallion / Unsplash

Hay palabras que son muy difíciles de traducir y conceptos que son foráneos, aunque uno encuentre una palabra en otro idioma para decirlos. Si no, pregúntenle a Miguel Rivera, de la organización Texas Civil Rights Project.

Un buen día, Rivera intentó explicarles a sus padres lo que hace en su trabajo. Su título formal es “experto en redistribución de distritos” para la mencionada organización. Ese título mismo es difícil de traducir: ¿Qué persona de a pie sabe realmente de qué se trata eso? Muchos no sabrían explicarlo ni en inglés ni en español, ni en ningún otro idioma.

“Cuando hablé de esto con mis padres me di cuenta de lo desconectados que estaban con este proceso”, dijo Rivera. “Si queremos activar a la comunidad latina para que participe en un asunto que es vital para su bienestar, tenemos que ponernos de acuerdo en los términos que usamos para explicarlo”.

La verdad es que mucha gente no sabe ni siquiera lo que significa en inglés.

¿De qué se trata todo esto?

Cada diez años, después del Censo de población, se lleva a cabo el proceso de cambiar los distritos electorales a todo nivel de gobierno: federal, estatal y local. Dependiendo de donde uno viva, estará dentro de tal o cual distrito y podrá elegir a representantes para dichos gobiernos: congresistas, legisladores estatales, concejales, miembros de la junta escolar, etc.

Si usted es parte de un distrito electoral con otras personas que tienen intereses o preocupaciones similares a las suyas, entonces lograrán que sus voces tengan un efecto en los políticos. Si no es así, no tendrán efecto.

Suena más o menos sencillo, pero es un proceso que puede definir a quien le va bien y a quien le va mal durante los siguientes diez años. Digamos que es un proceso tan importante como votar en elecciones, y mucho menos comprendido. Y como en elecciones, también es preciso participar para defender los recursos y la voz de las comunidades más vulnerables durante la siguiente década.

En inglés existen términos en los que coinciden los expertos: Redistricting y Gerrymandering, son los más importantes.

Los tres son un dolor de cabeza constante para periodistas en medios de habla hispana y para expertos y activistas como Rivera, que saben lo importante que son estos conceptos para el poder político y el bienestar de la comunidad latina en Texas y el resto del país.

¿Cómo traducirlos a otros idiomas para que los entiendan otras comunidades en los Estados Unidos?

El primer reto para Rivera, explicó, fue traducir el concepto básico de “Redistribución” de distritos. En español, la palabra redistribución existe, pero no es muy explicativa de lo que aquí estamos hablando.

“Para poder hacer una campaña efectiva que explique a las comunidades latinas de Texas el por qué es importante participar en este proceso de cambiar los distritos electorales, tenemos que ponernos de acuerdo en las palabras que vamos a usar”, dijo Rivera.

Organizaciones como La Unión del Pueblo Entero (LUPE) en Texas han estado usando “rediseño” de distritos electorales. Parece más simple que “redistribución”.

Luego viene una palabra aún más “curiosa”: Gerrymandering.

El “Gerrymandering”, que algunos quieren españolizar cambiando la pronunciación a algo parecido a “jerrymanderin”, es la manipulación que realizan los que hacen las líneas electorales para incluir o excluir a ciertos grupos dentro de un distrito.

O para dividir a ciertas comunidades que tienen intereses en común, o son de la misma etnia o raza, para evitar que tengan el poder de elegir a un representante.

Es lo que hace que a veces un distrito electoral tenga formas tan raras y que incluya bajo el mismo representante a comunidades ricas de Santa Mónica, California con zonas pobres del sur de Los Ángeles, por dar un ejemplo.

El problema es que la palabra “Gerrymandering”, inventada en inglés para explicar este concepto, no existe en otros idiomas, dijo Rivera.

“Terminamos acordando que “manipulación” es lo mejor que tenemos, aunque creo que el significado no es tan fuerte como debiera para reflejar lo nocivo de esa práctica”, dijo. “Básicamente manipulan las líneas de los distritos para asegurar que ciertos políticos preserven sus puestos, o ciertos partidos y casi siempre las que pierden son las comunidades de minorías raciales”.

El problema no se da solo con el idioma español. “También pasa con los idiomas asiáticos”, agregó Rivera. “Nosotros trabajamos con otras organizaciones en la comunidad china y que hablan principalmente el Mandarín, y ha sido muy difícil traducir estos términos y conceptos”.

Es un trabajo que hay que hacer, dice Rivera. El lo llama “justicia del lenguaje”.

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