Roddy Scheer y Doug Moss
EarthTalk
Los estadounidenses, independientemente de su afiliación política, todos viven juntos en este planeta y comparten sus ecosistemas y recursos. Sin embargo, existe una profunda división entre nosotros con respecto a las políticas ambientales y el cambio climático. Nada subraya más esta división que la revocación por parte de Donald Trump de casi 100 regulaciones ambientales, en su mayoría de la era de Obama, desde 2017. Y durante la Convención Nacional Republicana de 2020, el clima no se mencionó ni una sola vez, aparte de la jactancia de Trump de abandonar el Acuerdo Climático de París.
Los problemas climáticos y ambientales alguna vez fueron una preocupación bipartidista. Ya en 1900, los republicanos y los demócratas en el Congreso estaban aprobando juntos proyectos de ley sobre cuestiones ambientales. Uno de estos proyectos de ley, por ejemplo, fue la Ley de Especies en Peligro de Extinción, que fue aprobada por unanimidad en 1973 por el Senado y luego por una votación de 390-12 en la Cámara (otro proyecto de ley que el presidente Trump está en proceso de desmantelamiento).
Incluso hasta 2007-2008, el Partido Republicano apoyó muchas de las regulaciones ambientales aprobadas. Republicanos como George W. Bush, Newt Gingrich (ex presidente republicano de la Cámara), Rudy Giuliani, Mitt Romney y John McCain coincidieron verbalmente en que proteger nuestro planeta del cambio climático no era una cuestión partidista. No fue hasta 2008, cuando Obama intentó aprobar políticas para ayudar a revertir y mitigar el cambio climático, que los intereses especiales comenzaron a interceder realmente en la política ambiental de Estados Unidos.
Dicho esto, hay motivos de esperanza en las generaciones de jóvenes republicanos que se unen a la mesa y se dedican a hacer del cambio climático un tema destacado para el Partido Republicano. Un estudio reciente encontró que los millennials y los republicanos más jóvenes son más propensos que los republicanos mayores a considerar que los esfuerzos del gobierno para reducir el cambio climático son insuficientes (52 por ciento contra 31 por ciento). De manera similar, el 78 por ciento de los republicanos más jóvenes (frente al 53 por ciento de los mayores) están de acuerdo en que las fuentes de energía alternativas (no combustibles fósiles) deberían ser una prioridad, cifras que brindan esperanza a quienes ya trabajan en temas de cambio climático.
La Coalición Estadounidense para la Conservación (ACC) es un grupo de defensa iniciado por Benji Backer y otros jóvenes republicanos en 2017. Backer dijo que su impulso para comenzar este grupo después de su primer año de universidad provino de su amor por la naturaleza que fue inspirado por su familia. “Eran miembros de Audubon, miembros de Nature Conservancy. Pero eran conservadores y yo crecí sin pensar que el medio ambiente debería ser político en absoluto”, dice Backer.
Otro grupo de defensa liderado por jóvenes que ha surgido son los Jóvenes Conservadores por los Dividendos del Carbono (YCCD), que apoya los impuestos al carbono para reducir los gases de efecto invernadero. La fundadora Kiera O’Brien creció en Alaska y dice que ella y sus compañeros republicanos han visto de primera mano los impactos del cambio climático en la región que se calienta rápidamente.
A medida que las cosas empeoran a nivel mundial, es probable que muchos otros, a pesar de las afiliaciones partidistas, lleguen a conclusiones similares. La pregunta es, ¿podemos todos y cada uno de nosotros unirnos para lograr un cambio impactante antes de que sea demasiado tarde?
CONTACTOS: ACC, acc.eco; YCCD, yccdaction.org.
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