Hace poco, mi hija Ellie, de un año, celebró su doljabi, una tradición coreana que celebra el brillante futuro de un niño. Durante esta ceremonia tradicional de primer cumpleaños, los niños se colocan delante de muchos objetos especiales, cada uno de los cuales simboliza lo que su familia espera que sean años prósperos y saludables. Admito que, como especialista en salud pública durante la pandemia de COVID-19, esperaba secretamente que cuando Ellie cogiera el objeto que le llamaba la atención, eligiera el hilo, que significa una larga vida.
Al igual que los padres de todo nuestro estado, quiero que mi hija esté sana y saludable, y por eso me apasiona compartir por qué elegí vacunar a Ellie contra el COVID-19. Tanto si hablo con amigos y vecinos como si comparto nuestra historia en un artículo de opinión en el San Francisco Chronicle, quiero que la gente sepa por qué la vacunación es tan importante para una niña pequeña como la mía.
Quiero proteger a Ellie contra el COVID-19, una de las principales causas de muerte infantil.
Ellie recibió su primera dosis de la vacuna COVID-19 hace unas semanas y no tuvo ninguna reacción adversa. De hecho, lloró durante unos 30 segundos y seguimos con el resto del día. Ella también recibió la inmunidad cuando yo recibí mi primera dosis estando embarazada, una decisión que tomé después de mirar los datos y consultar con mi médico.
Como asesor principal del grupo de trabajo sobre vacunas del Departamento de Salud Pública de California, veo las tendencias de la infección por COVID-19, las investigaciones y los datos todos los días. Soy muy consciente de que las hospitalizaciones de niños menores de 4 años fueron cinco veces mayores durante la oleada de Omicron que cuando circulaba la variante Delta. También sé que uno de cada cinco niños hospitalizados con el virus también fue ingresado en la UCI. Durante las oleadas de COVID, mi marido compartió historias de horror del hospital donde trabaja, contándome sobre pacientes jóvenes en la UCI que luchaban por sus vidas.
Como todos los padres, mi hija es la luz de mi vida. Antes de que fuera apta para la vacunación, me preocupaba que Ellie se contagiara de COVID y que pudiera tener consecuencias graves. Por eso estaba deseando vacunarla lo antes posible.
Además, vivimos con mis padres en un hogar multigeneracional. Como superviviente de un cáncer de pulmón, mi padre corre el riesgo de sufrir graves consecuencias a causa del COVID-19. Para mantenerlo lo más seguro posible, era muy importante que todos nosotros, incluida Ellie, tuviéramos la protección de la vacuna. También tenemos cuidado de llevar máscaras, limitar las interacciones con personas que no son de la familia y aislarnos cuando no nos sentimos bien, pero sabemos que nuestro estado de vacunación es un componente crítico del plan de seguridad contra el COVID de nuestra familia.
Por todas estas razones y más, estoy agradecido de tener estas vacunas investigadas y probadas a fondo disponibles para todos los californianos, de 6 meses en adelante. No sólo están autorizadas por la FDA y avaladas por los CDC, sino que también han sido revisadas de forma independiente por nuestro Grupo de Trabajo de Revisión de la Seguridad Científica de los Estados Occidentales en colaboración con Washington, Oregón y Nevada, un paso adicional que debería ofrecer tranquilidad a todos.
Como madre, hija y californiana, me apasiona que todo el mundo se vacune contra la COVID-19 tan pronto como sea posible, pero especialmente nuestros niños más pequeños.
Nuestros niños son nuestro futuro. Hagamos todo lo que podamos hoy vacunándolos para mantenerlos a salvo de los peores resultados de la COVID-19 – es decir, enfermedad grave, hospitalización o muerte.
Llame a su pediatra o clínica de salud comunitaria para vacunar a su hijo o vaya a MyTurn.ca.gov o llame al 833-422-4255 para encontrar una vacuna cercana.
