El presidente Joe Biden viajó a Buffalo el martes para afligirse con los residentes de la ciudad, después de que 10 personas murieran durante el fin de semana en un ataque racista contra personas negras.
Durante un discurso en el Centro Comunitario Delavan Grider de Buffalo, Biden recordó los nombres de las 10 víctimas y quiénes eran para su comunidad. Biden dijo que el mal llegó a Buffalo a través de un individuo odioso, tal como sucedió recientemente en ciudades como Charleston, Pittsburgh y El Paso.
Agregó que los estadounidenses no pueden permanecer en silencio sobre los peligros de la supremacía blanca y el racismo, y cómo las personas se han radicalizado a través de la política y las redes sociales.
“La supremacía blanca es un veneno que atraviesa nuestro cuerpo político”, afirmó Biden. “Y se ha permitido que se encone y crezca justo frente a nuestros ojos. Necesitamos decir tan clara y contundentemente como podamos que la ideología de la supremacía blanca no tiene cabida en Estados Unidos”.
Se cree que el pistolero, un hombre blanco de 18 años, estuvo motivado por la ideología supremacista blanca. Se alega que publicó en línea sobre la “teoría del Gran Reemplazo”, una teoría de la conspiración que alega que las personas que no son blancas están inmigrando a los Estados Unidos y otros países occidentales específicamente para disminuir la influencia de los blancos.
La gobernadora Kathy Hochul, quien es de Buffalo, dijo que los corazones están rotos en la ciudad después de la pérdida y el ataque, pero enfatizó que espera que la tragedia pueda ser un llamado nacional a la acción para erradicar la supremacía blanca.
“Él apuntó a esta comunidad, viniendo intencionalmente a este código postal porque podía causar el máximo daño y muerte a las personas”, declaró Hochul. “No solo cualquier neoyorquino, sino que estaba apuntando y quería ejecutar a los neoyorquinos negros”.
El tirador pudo comprar legalmente un arma en Pensilvania en diciembre a pesar de haberse sometido previamente a una evaluación de salud mental. Durante sus comentarios, Biden reconoció que es muy poco lo que puede hacer cuando se trata de una acción ejecutiva sobre la reforma de armas, y enfatizó que depende de él convencer al Congreso para que apruebe una legislación.
