Jenny Manrique
Ethnic Media Services
A pesar de las narrativas confusas sobre la supuesta preferencia de votantes étnicos a favor de la revocatoria del gobernador de California, Gavin Newsom, los análisis postelectorales muestran que la mayoría de ellos rechazó abrumadoramente su destitución y en algunos casos, ayudó a convertir grandes condados y suburbios a favor del mandatario local.
Expertos convocados por Ethnic Media Services hicieron un detallado análisis sobre el voto latino y otros grupos étnicos participantes en los comicios del 14 de septiembre, revocatoria convocada por el Partido Republicano que buscaba expulsar a Newsom de su cargo antes de tiempo.
“Una de las cosas que hay que entender sobre los votantes latinos es que toman decisiones tardías y que emiten su voto más cerca del día electoral”, dijo Sonja Diaz, directora fundadora de la Iniciativa de Política Latina de la Universidad de California en Los Angeles (LPPI en inglés). “Y eso fue cierto para esta elección de revocatoria de 2021”.
Debido a que las predicciones del comportamiento del voto étnico están basadas en las encuestas nacionales, estas se quedaron cortas al reflejar lo que realmente pasó a nivel barrios y precintos. Según datos de LPPI los latinos rechazaron la revocatoria de Newsom con más del 80% en el sur, el norte y el valle central de California, especialmente en precintos con una alta concentración de electorado hispano.
En el condado Los Ángeles por ejemplo, el 83% votó en contra de la revocatoria, en el condado de Madera ese número fue del 82% y en Contra Costa, fue del 88%. Si bien en condados como Sacramento y Merced y Sonoma, ese número bajó (75% de latinos rechazaron la destitución de Newsom), los hispanos siguieron apoyando favorablemente a Newsom. Incluso en el condado de San Diego, de donde eran oriundos dos candidatos que querían reemplazar al gobernador -el exalcalde Kevin Faulconer y el empresario John Cox-, el 80% de los latinos votó en contra de su destitución.
En distritos conservadores del condado de Orange con la menor densidad de votantes latinos, solo el 47% del electorado estuvo en contra de la revocatoria pero fue “inequívoco” que aún allí, “los latinos ayudaron al gobernador a permanecer en la oficina y neutralizaron los votos en blanco que se emitieron en esa jurisdicción”, explicó Diaz.
Para Raphe Sonenshein, director ejecutivo del Instituto Pat Brown de asuntos públicos en la universidad estatal de California en LA, “es de vital importancia” recopilar mejores datos a través de “encuestas ecológicas” que se hacen con grandes muestras de votantes de las comunidades de color, casi tres a cuatro veces más del tamaño que se hacen a nivel nacional.
“Una inmersión profunda en el comportamiento electoral y las preferencias de las comunidades de color en California es el primer paso para revertir este síndrome de los medios nacionales que extraen conclusiones que simplemente cambian la visión del mundo de todos,” dijo Sonenshein.
“Esto puede terminar afectando las estrategias de los partidos políticos, muchos de los cuales se establecen en la costa este, no aquí”.
Sonenshein sostuvo que esa narrativa nacional hace pensar que los votantes indecisos blancos y los votantes blancos de Trump son las comunidades electorales más grandes en el país, lo que obedece a que “son estudiados sin parar”.
Ambos expertos coincidieron en que a pesar de la falta de entusiasmo de los demócratas por los votantes latinos, estos sabían lo que estaba en juego en esta elección gracias al papel de la sociedad civil y los organizadores comunitarios.
En los barrios, varias estrategias de campaña inspiraron el voto de las minorías en una elección especial fuera de ciclo, en la que muchos no entendían siquiera que era una revocatoria. Se compartieron mensajes sobre la importancia de votar ahora para aumentar las posibilidades de hacerlo en las elecciones de 2022, en las que se juegan temas importantes como la reforma migratoria integral, la ley del derecho al voto, y el paquete de infraestructura.
“Los votantes de color son más del 60% de nuestro condado y están luchando por pagar el alquiler, sobrevivir la pandemia e incluso algunos enfrentan amenazas de deportación”, sostuvo Jonathan Paik, director ejecutivo de la mesa de participación cívica del condado de Orange (OCCET Action en inglés).
“Parte de nuestra estrategia fue movilizar el voto progresista asiático-americano, divulgando información en seis idiomas diferentes: tagalo, vietnamita, coreano, chino, mo y punjabi, en los medios de comunicación étnicos, tocando puertas, y con anuncios digitales, en periódicos, radio y televisión”, añadió.
Involucrar a estas comunidades significó centrarse en temas como las protecciones a los trabajadores, los mandatos de máscaras, el cuidado de los niños que regresan a las escuelas, la elección de futuros senadores por California y varios proyectos de ley a la espera de ser firmados por el gobernador.
“Sabíamos que esto tendría un impacto en la política nacional”, aseguró Janette Robinson-Flint, directora ejecutiva de Mujeres Negras por el Bienestar, organización que jugó un rol vital en la participación del voto afroamericano. “No podíamos darnos el lujo de quedarnos sentados así que llevamos carteles a los salones de belleza, peluquerías y barberías. Pusimos carteles en las áreas de Leimert Park e Inglewood de Los Ángeles y también tuvimos jóvenes negros hablando en los campus a sus amigos”.
Posters con imágenes de votantes negros aparecieron también en la parte trasera de los autobuses en San Francisco, en sitios de construcción y hasta en museos.
Michael Gomez Daly, director ejecutivo de Inland Empire United dijo que su organización invirtió alrededor de $20,000 en llamadas directas a votantes de baja a moderada propensión, incluyendo a trabajadores del Centro de Detención de Adelanto, a quienes preguntaba sobre su apoyo al cierre de prisiones con fines de lucro.
“La gente apoya este tema abrumadoramente pero al preguntarle cómo iban a votar en la revocatoria, decían que por el sí… había una desconexión tremenda entre los valores y la identidad partidista”, aseguró Gomez Daly. En sus conversaciones con vecinos identificó tres temas claves para alentar la participación en su comunidad: involucrar a las comunidades olvidadas, convocar a los mensajeros de confianza, y renunciar a la afinidad con el partido como estrategia ganadora.
Los panelistas destacaron que para los comicios de 2022, temas clave como el empleo, la atención médica, la vivienda, el racismo, y por supuesto COVID son los que van a movilizar a los votantes.
“¿Qué dinero se está invirtiendo hoy en estos grupos para prepararse para 2022”?, se cuestionó Diaz de LPPI. “Si bien las campañas tienen recursos finitos, hay que invertir en estos votantes y me pregunto si los políticos están entendiendo ese mensaje”, concluyó.