Mario Jiménez Castillo
El Observador
Un santo muy venerado dentro de la comunidad católica internacional, su fecha de celebración es el día 11 de julio. Se le adjudican muchos dones espirituales, los creyentes afirman que es un espíritu protector que cubre de gracias a los fieles devotos. Es un ángel sanador y protector contra malas energías, vibras oscuras, hechizos, brujería y malos espíritus. Es un santo sumamente piadoso.
San Benito nació alrededor del año 480 en Roma, en esa época el imperio ya iniciaba la decadencia y el cristianismo ya contaba con muchos seguidores en casi toda Europa. Desde que era un niño, se distinguió por ser un infante respetuoso de la fe. A la edad de dieciséis años, se traslado a un sitio conocido como Subiaco y comenzó a vivir como ermitaño, su morada era una cueva en lo profundo de un bosque. Se cuenta que pasó estudiando la Biblia durante tres años. Pronto sus virtudes fueron conocidas en toda la región, tanto así que unos monjes le pidieron que fungiera para ellos en calidad de Abad. La rigurosa disciplina de San Benito, desanimó a los monjes quienes un día trataron de envenenarle ofreciéndole una copa de vino, antes de beber de la copa San Benito bendijo el vino y la copa estalló haciéndose pedazos. Con el pasar del tiempo, mucha gente asistía a verle para que les enseñara más sobre la palabra de Dios, esto lo motivó a Fundar monasterios. Allá por el año 527 se fue a vivir a Monte Casino, sitio en donde fundó la “Orden Benedictina”, orden que aún prevalece. Fue en Monte Casino donde el Santo escribió su célebre “Regla de San Benito”, prontamente acogida como el reglamento de los monjes europeos. Murió a una edad muy avanzada, siempre se dedicó a sanar a los creyentes de padecimientos físicos, emocionales y espirituales.
Es también comúnmente invocado para procurar alivio de enfermedades contagiosas, envenenamiento por comida o bebida, contra tentaciones e intenciones pecaminosas.
Son muy solicitadas las medallitas, estampitas, cruces y reliquias de este santo. Sus fieles devotos afirman que éstas les protegen contra todo mal.
Oración a San Benito
Omnipotente y eterno Dios, que en este día, libre de las
ataduras de la carne, llevaste al cielo a tu santísimo
confesor San Benito, concédenos a todos los que celebramos
esta fiesta, el perdón de nuestras faltas, para que
cuantos nos congratulamos de su gloria, mediante su
poderoso intercesión, logremos también asociarnos
a sus méritos y bendiciones. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Amén.