Un nuevo programa de apoyo entre pares está ayudando a los adolescentes de California a lidiar con una multitud de desafíos posteriores al COVID, desde las redes sociales hasta un clima político tenso, además de las exigencias en el hogar y la escuela. El programa piloto de $8 millones de dólares, financiado por el Departamento de Servicios de Salud del estado, capacita a consejeros juveniles para que escuchen, recomienden mecanismos para afrontar problemas y deriven a los jóvenes a niveles superiores de atención cuando sea necesario.
Charlie Grenier, máster en Ciencias y especialista en servicios de apoyo escolar, dirige el programa en Mission Hills High School en San Marcos.
“He visto a niños llegar llorando, quizás porque están estresados, abrumados o ansiosos, pero después de hablar con un compañero consejero, ven que hay alguien que conecta con ellos y se identifica con ellos, y entonces el estudiante se va mucho más aliviado y feliz,” asegura Grenier.
Este es el segundo año de un programa de tres años que se lleva a cabo en institutos de Antioch, El Cerrito, El Segundo, Grass Valley, Oakland, Phelan, San Bernardino y San Marcos. Los estudiantes reciben formación durante el primer año y luego comienzan a ayudar a otros en el segundo año.
Shira Sweitzer, facilitadora de justicia restaurativa y profesora y coordinadora del programa de apoyo entre compañeros en Antioch High School, supervisa el programa en Antioch High School, donde 80 estudiantes están aprendiendo habilidades de asesoramiento entre compañeros, mediación, reducción de daños y trabajo en equipo. Dice que los chicos que se convierten en consejeros estudiantiles realmente florecen.
“Los veo crecer y encontrar alegría en el propósito de ayudar a otras personas, y poder formar parte de la construcción de una comunidad universitaria más sólida,” expresa Sweitzer.
Raven Jones-McKinney, directora del programa piloto estatal de la Children’s Partnership, supervisa el programa.
“Los programas de apoyo entre pares son un salvavidas,” opina Jones-McKinney. “También son una intervención probada para el apoyo a la salud mental, específicamente para los grupos más marginados.”
Jones-McKinney añade que los adolescentes de hoy en día también están sintiendo los efectos de las redadas de migración del gobierno de Trump, los recortes para personas LGBTQ de la línea telefónica de prevención del suicidio 988 y los recortes a programas federales que supervisan la educación especial.
