En sus múltiples apariciones milagrosas, La Virgen María ha venido anunciando mensajes, de todo aquello que ha de acontecer, lastimosamente estos mensajes se han tratado de ocultar lo máximo posible. Pero no hay nada oculto entre el cielo y la tierra. La Virgen anuncia el final de un ciclo en nuestro planeta y en nuestro modo de vivir. Toda cambia, nada permanece igual para siempre. La evolución del ser humano y del planeta está por suceder. Antes que lleguen los tan ansiados mil años de paz, que anuncian las sagradas escrituras, han de ocurrir acontecimientos impactantes, la Virgen advierte sobre una guerra peor y más mortífera que las dos guerras mundiales del siglo pasado. También advierte sobre sequías intensas, el deshielo de los polos, y un asteroide que hará impacto en el centro/norte del Océano Atlántico. Grandes terremotos y tempestades, han de ocurrir según los mensajes proféticos, pestes y calamidades se extenderán por todo el mundo. Quizá así el ser humano, se dé cuenta por fin de qué es lo más valioso en la vida. Lo cual no tiene un valor monetario, porque no se puede comprar. Tanto en Fátima, Medjugorje y Garabandal, el mensaje es el mismo. La gente debe acercarse a Dios. No es tan difícil estar en paz con el Creador, no le haga daño a ninguna persona, a ningún animal, ni a la vegetación, ni a ningún ser viviente.
La historia de la Virgen de Garabandal inicia un 18 de junio de 1961, en una pequeña aldea llamada San Sebastián de Garabandal, en la provincia de Cantabria, al norte de España. Ese sitio fue testigo de las apariciones milagrosas de la Santísima Virgen María. En ese mismo año, millares de personas devotas, acudieron a presenciar las maravillas en aquella pequeña aldea de trescientos habitantes.
En las primicias de la tarde del domingo 18 de junio de 1961, cuatro niñas afirmaron haber visto la aparición de un Ángel, San Miguel Arcángel, quien les anunciaba la próxima y gloriosa aparición de la Madre del Redentor en un pinar en las afueras de la aldea. Las niñas eran: Conchita González, Mari Cruz González, Jacinta González y Mari Loli Mazón. Durante el otoño de ese mismo año, las cuatro videntes dieron a conocer al mundo un mensaje trascendental dictado por Nuestra Señora:
“Hay que hacer muchos sacrificios y mucha penitencia, y tenemos que visitar mucho al Santísimo, pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no lo hacemos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa, y si no cambiamos vendrá un castigo”
Entre los mensajes que recibió Conchita González la principal vidente de estos acontecimientos, afirma que la Virgen le reveló que solamente reinarían cuatro Papas más a partir de Paulo VI, y que después vendría un final, no el final del mundo sino el final de nuestra era. Durante las apariciones sucedieron milagros en la aldea, como el de un ciego que recuperó la vista y un niño paralítico pudo caminar. Las apariciones de la Virgen de Garabandal crearon mucha controversia, y algunos consideraron que no eran verdaderas. El Papá Paulo VI se entrevistó con Conchita y la bendijo en nombre de la iglesia, al mismo tiempo promulgó la bendición apostólica, de la difusión de los mensajes de la Virgen de Garabandal, el día 12 de junio de 1967.
Plegaria
La luz de un Ángel envía un mensaje celestial, el cielo se abre a su paso es Nuestra
Señora de Garabandal. El cielo se abre a su paso es Nuestra Señora de Garabandal.
Entre las altas montañas esa gran inmensa sed del lugar, cuatro niñas, almas sencillas,
dejan el pueblo, van al Pinar. Son hechos maravillosos que Nuestra Señora nos quiso
dar, un aviso, un milagro, el mundo entero debe cambiar. La luz de un Ángel envía un mensaje celestial, el cielo se abre a su paso es Nuestra Señora de Garabandal. El cielo se abre a su paso es Nuestra Señora de Garabandal. Bendito sea el nombre y la presencia de nuestra Madre bendita.
Amén.
