Roddy Scheer & Doug Moss
EarthTalk
Las secuoyas gigantes, que pueden alcanzar los 300 pies de altura con circunferencias de más de 90 pies a nivel del suelo, se encuentran entre las especies más grandes y longevas del planeta. Algunas tienen más de 3.000 años. Pero el cambio climático, las actividades humanas y los incendios forestales amenazan su existencia en su hábitat natural, en las laderas occidentales de Sierra Nevada.
Los biólogos calculan que quedan unas 80.000 secuoyas gigantes en estado natural y temen que otro año de incendios forestales -como en 2015, 2017 o 2020, cuando los biólogos del Servicio de Parques Nacionales cubren los flancos inferiores de los árboles más grandes con papel de aluminio para disuadir a las llamas- podrÃa diezmar los árboles que quedan.
Las secuoyas gigantes han evolucionado para resistir incendios moderados, pero los recientes, exacerbados por el cambio climático, han sido catastróficos. Estos incendios no sólo destruyen los árboles directamente, sino que también dificultan el proceso natural de reproducción al matar a las secuoyas jóvenes e impedir que germinen las semillas.
Aunque el fuego ha sido la amenaza más inmediata en los últimos años, el cambio climático en general está alterando el entorno de los árboles y puede ser el último clavo en su ataúd. El aumento de las temperaturas, las sequÃas prolongadas y los patrones erráticos de precipitaciones han debilitado los árboles, haciéndolos más susceptibles a plagas y enfermedades y alterando el régimen natural de incendios del que han dependido durante milenios para su regeneración.
Para mitigar los efectos del cambio climático, los investigadores y conservacionistas estudian cómo responden estos árboles a las cambiantes condiciones ambientales. También están aplicando medidas como las quemas controladas para imitar los ciclos naturales del fuego y crear un hábitat más adecuado para las secuoyas.
Las actividades humanas, como la tala, el desarrollo urbano y las actividades recreativas, agravan aún más los problemas a los que se enfrentan las secuoyas gigantes. La urbanización en torno a estas arboledas altera sus ecosistemas, y las actividades recreativas pueden dañar sus sistemas radiculares poco profundos. También se están haciendo esfuerzos para limitar el impacto humano en el territorio de las secuoyas. Las estrictas normativas sobre tala, expansión urbana y actividades recreativas cerca de estas arboledas pretenden preservar el ecosistema natural y minimizar las perturbaciones a los árboles.
Además, las iniciativas de colaboración entre organismos gubernamentales, organizaciones conservacionistas y comunidades locales son cruciales para la protección a largo plazo de estos gigantes milenarios. Las campañas de concienciación pública, los programas educativos y las prácticas de ecoturismo que hacen hincapié en las visitas responsables también desempeñan un papel vital para garantizar la supervivencia de estos magnÃficos árboles. Que nuestros nietos puedan o no visitar estas secuoyas gigantes puede depender de nuestra capacidad para frenar las emisiones de carbono aquà y en todo el mundo a tiempo para evitar un cambio climático catastrófico. De hecho, el destino de estos árboles gigantes, asà como el de miles de otras plantas y animales, pende de un hilo.
CONTACTOS: ¿Ayudar u obstaculizar? CientÃficos estadounidenses debaten cómo salvar las secuoyas gigantes, https://phys.org/news/2023-09-hindering-scientists-debate-giant-sequoias.html; Save The Giant Sequoias, https://www.savetheredwoods.org/redwoods/fire/save-the-giant-sequoias/; The race to save ‘awe-inspiring’ giant sequoias, https://yaleclimateconnections.org/2023/08/the-race-to-save-awe-inspiring-giant-sequoias/.
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