San Antonio de Padua
Para se feliz en el amor, encontrar pareja, y
para reconciliarse con el ser amado.
Bendito san Antonio, santo de los milagros,
santo de la ayuda, preciso de ti un favor divino.
Llevo en mis manos una imagen con tu ilustre nombre,
e invoco tu presencia, para hacerme justicia en todo momento.
Consuélame en esta necesidad y concédeme tu noble ayuda
con toda confianza. Dios Todopoderoso, que la solemnidad
votiva de San Antonio, tu confesor y doctor, le dé alegría a
la iglesia. Que por su intercesión, estemos siempre protegidos
con tu asistencia celestial y asimismo alcemos amor y alegría
por toda la eternidad.
Amén.
Santo Domingo Sabio
Para protección de niños y jóvenes adolescentes.
Alejar vicios, tentaciones y adicciones.
Santo Domingo Sabio, que con aquel sagrado firme propósito de querer
ser santo, en la escuela de San Juan Bosco, conseguiste en plena flor
de la vida, el esplendor y ventura de la santidad, consigue también para nosotros
tus devotos de corazón, la perseverancia en los buenos propósitos para hacer
de nuestra alma el templo vivo del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y así, el día que partamos de este mundo, seamos merecedores en la dicha de la vida eterna.
Amén.
San Luis Gonzaga
Para protegerse de malas voluntades, de discriminación,
violencia doméstica y todo tipo de injusticias.
Dichoso San Luis Gonzaga, que fuiste adornado con las más
nobles y santas costumbres. Nosotros, tus fieles devotos, te rogamos
por la castidad de nuestra alma y por la pureza de espíritu, para que
no caigamos en vivios mundanos ni en tentaciones. No permitas
príncipe celestial, que mi alma caiga presa de la impureza, más bien,
infunde en mí, la sagrada memoria del sacrificio de Jesucristo. Llévame
ante la presencia del padre para que pueda acogerme en su divina gracia,
perdonar mis pecados y hacerme gozar de su salvación.
Amén.
San Juan Bautista
Para protegerse de malas vibras, espíritus,
hechizos, brujería y mala suerte.
Noble y misericordioso, San Juan Bautista
precursor del Redentor, luz destellante del alba,
música del cielo y mayor entre todos los santos.
Hijo de la magnífica gracia, príncipe santísimo,
Concédeme el favor que te ruego, y envuelve
mi espíritu con abundante gracia y misericordia.
Acércame al reino de Dios y ayúdame a alcanzar
las bendiciones de la vida eterna.
Amén.
San Pablo
Se reza para obtener favores celestiales y milagros.
Para protección del hogar y de bienes materiales.
Glorioso apóstol San Pablo, bastión escogido por Dios para llevar
su santo nombre por toda la tierra; por tu valor apostólico y por
la ilustre caridad con que sentías los esfuerzos de tus prójimos
como si fueran tuyos propios. Por la inagotable paciencia con que
sufriste; persecuciones, cárceles, azotes, cadenas, tentaciones y naufragios.
Por aquel celo que te estimulaba a trabajar día
y noche, en beneficio de las almas y, sobre todo, por aquella prontitud con
que atendiste la voz de Cristo en el camino de Damasco. Te ruego, que me
consigas los favores del cielo, para que pueda luchar contra la tentación,
vencer los malos pensamientos y ser absuelto de todas mis faltas, para
poder convertirme en un ejemplo de fe como lo fuiste tú.
Te lo pido en el nombre de Jesucristo.
Amén.
San Pedro
Se solicita su patrocinio para el trabajo, empresas,
proyectos, negocios, y para todo lo que ha de iniciarse.
Bendito Apóstol San Pedro,
concédeme fe ardiente,
esperanza firme y corazón puro,
en todos mis pensamientos, palabras y obras.
Dame paciencia en la adversidad,
ignorancia del egoísmo,
constancia en mis resoluciones,
acatamiento a la voluntad de Dios
y perseverancia en la gracia divina.
Para que cuando parta de este mundo,
sea digno de presentarme ante el pastor
de las almas, nuestro Señor Jesucristo,
que junto al Padre celestial y
el Espíritu Santo,
Vive y reinará por siempre.
Amén.
Santo Tomás Moro
Se le reza para salir airoso de trámites y procesos legales.
Casos de corte, casos de inmigración, y para la buena salud.
Dios Glorioso, por medio de la intercesión de Santo Tomás Moro,
dame la divina gracia para enmendar mi vida y tener presente mi
fin que es la puerta a una vida de riqueza espiritual.
Y dame buen Señor, una mente humilde, modesta, calma, pacífica,
paciente, caritativa, amable, tierna y compasiva en todas mis obras,
en todas mis palabras y en todos mis pensamientos, para tener el sabor
de tu santo y bendito espíritu. Dame buen Señor, el deseo de estar contigo,
de no evitar las calamidades de este mundo, no tanto por alcanzar las
alegrías del cielo como simplemente por amor y absoluta fe.
Amén.