¿VOTAR O QUEDARSE DORMIDO?

José López Zamorano | La Red Hispana 
Photo Credit: La Red Hispana

Lamentablemente no causó mucha sorpresa que la nueva ley de derechos de los votantes terminara en un nuevo fracaso legislativo para el presidente Joe Biden y para los demócratas. Todos los senadores republicanos, apoyados por los demócratas Joe Manchin y Kyrsten Sinema, sumaron fuerzas para frustrar el intento de eliminar el llamado filibusterismo y así llevar el proyecto de ley a voto final.

La iniciativa de derechos de los votantes tenía como objetivo central neutralizar el tsunami de nuevas reglas aprobadas en 19 estados bajo control republicanos, que en opinión de los expertos, tienen como propósito suprimir el voto de las minorías latina y afroamericana especialmente.

Qué coincidencia que 2022 será escenario de elecciones intermedias el 8 de noviembre, donde está en juego el control de la cámara de representantes y el Senado, así como de 36 gubernaturas y de miles de puestos de elección popular. Los precedentes históricos sugieren que los demócratas llevan las de perder, como perdió Obama en 2010, pues típicamente el partido en el gobierno pierde escaños en las elecciones de medio mandato.

Al presidente Biden y a su partido no le ayuda el hecho de que la popularidad presidencial anda por los suelos y que la mayor parte de su agenda sigue inconclusa: no tenemos reforma migratoria, ni versión completa, ni versión Light; quedó en la congeladora el masivo paquete social gracias a la obstrucción, otra vez, del senador Manchin y no existe un horizonte para aprobar un aumento de los salarios mínimos.

Es verdad que el presidente y su partido lograron aprobar el plan de rescate para contrarrestar la pandemia en marzo del año pasado y que sumaron fuerzas con un grupo de republicanos moderados para aprobar el marco bipartidista de infraestructura física, que creará millones de empleos. La pregunta es si son razones suficientes para que los votantes demócratas salgan a emitir su sufragio.

Tiene razón Héctor Sánchez, director ejecutivo de Mi Familia Vota, cuando afirma que todos los latinos y latinas elegibles para votar, deben hacerlo, por encima de las trabas que les quieran poner en estados gobernados por republicanos. “Cada persona que puede votar lo tiene que hacer, aquellos que se pueden hacer ciudadanos, háganse ciudadanos. No vamos a dejar que estas fuerzas de extrema derecha nos excluyan de la democracia en el país”.

No aceptemos ser intimidados por los esfuerzos para desanimarnos a votar en las elecciones. “No nos podemos dar por vencidos. La comunidad afroamericana, la comunidad latina tienen que seguir saliendo a votar porque es la única manera con la que vamos a demandar de los representantes lo que nosotros merecemos”, me dijo Angélica Salas, de CHIRLA.

La opción es clara: ceder a las presiones para suprimir nuestro voto y hacernos las víctimas, o mantenernos activos y movilizados para defender en la arena pública y en las urnas la causa que nos unifica como comunidad: un futuro mejor para nuestros hijos y un trato digno y respetuoso para todos.

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