En estos tiempos de crisis mundial que vivimos, lo más sensato es mantener la calma y rezar mucho. Primeramente Dios, esta situación llegue a ser controlada. Pastores y religiosos invitan a la gente a orar a pedir por una cura contra este virus. En estos momentos debemos acudir al cielo, a Dios y a sus ángeles benefactores. San Rafael Arcángel es considerado uno de los médicos celestiales, Su nombre es medicina de Dios, el que sane, cura y protege de todos los males.
Millares de creyentes alrededor del mundo dan fe y testimonio de los milagros obtenidos por medio de la intercesión de San Rafael. Personas con problemas de salud deben acudir a él con prontitud. Y en este momento, todos deberíamos unirnos en oración para que este milagroso Ángel, nos cubra con su manto misericordioso y erradique el mal que ahora acecha a nuestro planeta.
Este debe ser un momento para mostrar lo mejor de cada uno, nuestros mejores sentimientos de solidaridad deben estar presentes todo el tiempo. Ayudamos a quien lo necesite, convirtámonos en seres de paz, de luz y de esperanza. Busquemos a Dios y tengamos confianza en su infinita misericordia.
Según los libros sagrados, San Rafael es uno de los siete ángeles que están apostados constantemente ante el trono del Altísimo (Tobías 12:15) Bajo la apariencia humana, siguió al joven Tobías hacia Rages, para así cobrar un préstamo hecho por Tobías padre a Gabelo. Durante el camino se detuvo para arrojar a un demonio fuera de Sara, hija de Ragüel, a la que obtuvo en matrimonio para Tobías. Luego fue a Recibir el dinero de Gabelo y recondujo al joven Tobías sano y salvo devuelta a su casa. Inmediatamente entró a la morada, curó de la ceguera a Tobías padre (Tobías 5:11) y llenó aquella casa de grandes bendiciones enviadas por Dios. Su nombre significa “Dios Sana”.
Peticiones: San Rafael es uno de los médicos celestiales, pídale para cualquier caso de enfermedad, epidemias y pandemias. Además se le reza para contar con la bendición de Dios en el seno familiar.
Oración a San Rafael
Milagroso Arcángel San Rafael, por aquella caridad
con la que acompañaste al joven Tobías, guardándole
de muchos peligros, librándolo a él y a su esposa Sara,
de grandes dificultades. También devolviéndole la vista
a su padre y colmando su morada de toda clase de bendiciones.
Os ruego piadoso príncipe, que me asistas en la tribulación,
me defiendas contra el mal que se esconde en la tiniebla y
me apartes de la impureza y la envidia. Finalmente asísteme
en el medio del quebranto y acompáñame en la jornada que
me conducirá a la eternidad. En el nombre de Jesucristo.
Amén.
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