Mario Jiménez Castillo
El Observador
Por naturaleza buscamos cada día ser mejores seres humanos, deseamos paz y sosiego espiritual, por ello es necesario alimentar el espíritu con virtudes como “la generosidad”. Siempre trate a los demás como le gustaría ser tratado, no vea los defectos de las personas, mejor enfóquese en lo grande que cada quién tiene para dar. Al ser generoso está creando una aura positiva que a la larga le llevará a conquistar todos sus deseos.
Una persona generosa es alguien que siempre es bienvenido en todas partes, una palabra de aliento, una sonrisa, un gesto de amabilidad le hacen ser generoso. La generosidad es una virtud que debe cultivarse a diario, al ser generoso con los demás, está siendo generoso consigo mismo porque del modo que da así recibirá. Se puede ser generoso de muchas maneras, cuando alguien necesite de su comprensión y de su apoyo y lo brinda sin esperar nada a cambio, en ese momento está siendo generoso.
La amabilidad, la cordialidad, la tolerancia y el respeto al derecho ajeno forman parte de la generosidad. Cuando se es generoso con el prójimo, el universo confabula a su favor para que logre lo que más desea, para que se abran las puertas de la buena suerte y para que otros seres humanos sean generosos con usted.
Cuando despierte por la mañana agradezca a Dios por un día más de vida, agradezca por lo que tiene, por su familia, por su trabajo, por su buena salud, el agradecimiento es una de las formas más fáciles de ser generoso. Si atraviesa por situaciones difíciles, no se dé por vencido, siga siendo generoso y el karma obrará milagros en su persona. Cuando pueda dedique tiempo para hacer obras sociales, ayude a los más necesitados o sirva como voluntario en obras benéficas.
No resienta si al ser generoso no recibe inmediatamente lo mismo a cambio, el aura que genere con su generosidad le hará recibir bendiciones de donde menos lo espere. Sea generoso con su familia, expréseles cuanto les quieres, llame a sus amigos y deséeles buena suerte, sea generoso con las personas que se encuentre en la calle, sea cortés con todo el mundo, aprecie la naturaleza y conviértase en un protector de la creación. Toda la energía, bondad y generosidad que proyecte al exterior retornará como un bumerang que le hará gozar de paz, armonía, buena vibra y felicidad.
La generosidad es un don maravilloso.
