Dos hispanos combaten sobrepoblación de cerdos salvajes

Opinion
Photo Credit: Sandy Millar/Unsplash

Martin Mendoza

La Red Hispana

Pocos saben que los cerdos salvajes causan daños por más de $1.5 billones de dólares por año a la agricultura, la ganadería, a la salud y a la propiedad en los Estados Unidos. Además pueden transmitir enfermedades al ganado, dañar cercas y transmitir enfermedades, virales y bacterianas, así como diversos parásitos que pueden afectar a los humanos, a los animales domésticos, las mascotas y a los animales silvestres.

Son especialmente dañinos en regiones como el sur de Texas, donde la agricultura es el motor de la economía, especialmente por la producción de maíz, sorgo y vegetales. Allí los cerdos salvajes atacan las granjas poco después del sembrado de semillas o esperan hasta que las cosechas estén maduras. Para muchos granjeros, los cerdos salvajes representan el riesgo de una devastación total.

Por fortuna, hay muchas personas que trabajan incansablemente para controlar el daño de los cerdos salvajes y proteger el sustento de los granjeros del Valle del Río Grande. Dos de estos humildes y expertos trabajadores son hispanos: Juan “John” Agado y David Trevino, especialistas en el Manejo de Daños de la Vida Silvestre.

Juntos tienen décadas de experiencia. Gracias a sus raíces en la agricultura, Juan ha desarrollado relaciones cercanas con granjeros y rancheros, lo que facilita una mejor cooperación y colaboración en los esfuerzos de administración de daños. David lidera una “fuerza móvil” que se despliega a lo largo de 22 condados, lo que mejora las posibilidades para manejar el daño desde una perspectiva integral y regional.

A pesar de que la gestación del cerdo salvaje es de sólo 115 días, los esfuerzos de los expertos en el Manejo de Daños han rendido frutos en reducir su población y controlar los daños. En una ocasión un granjero reportó haber perdido 75 de sus 400 acres de cosechas de granos antes de trabajar con Manejo de Daños. Ahora el perjuicio se redujo a menos de 6 acres.

“Cuando el granjero nos deja saber que les hemos ayudado a proteger su sustento… es nuestra mejor recompensa”, comenta Juan. “Disfrutamos lo que hacemos. Amamos nuestros empleos y la gratitud de la gente a la que servimos nos mantiene motivados”, agrega David.

Sus esfuerzos no son fáciles. David y Juan pasan horas y horas en sus camionetas, y trabajan largas noches en el campo durante las operaciones de caza nocturna, colocando señuelos y trampas, ayudando en operaciones de remoción aérea y coordinando con propietarios de tierras y administradores de granjas.

Pero Juan y David requieren del apoyo del público para una estrategia que requiere operaciones

en el campo, monitoreo de enfermedades y poblaciones, investigación, comunicación, planeación y evaluación, así como acciones regulatorias.

Y es que en el sur de Texas existen serios desafíos para el control de los cerdos salvajes, como el hecho de que muchos evaden la detección en secciones boscosas del río, esquivan trampas durante la temporada de cosechas y se reproducen más rápido de lo que pueden ser removidos. Pero con el compromiso de todas las partes interesadas habrá más posibilidades de controlar la amenaza de los cerdos salvajes. Juan y David cuentan contigo.

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