Un estudio de los NIH utiliza software y cámaras para observar a conductores adolescents
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BETHESDA, Maryland – Los conductores adolescentes tienen ocho veces más de probabilidades de estar involucrados en una colisión, o un incidente donde casi hay una colisión, durante los primeros tres meses después de recibir su licencia de conducir, a diferencia de cuando todavía conducían con su permiso de aprendizaje, según un estudio dirigido por los Institutos Nacionales de la Salud.
Los adolescentes también tienen cuatro veces más de probabilidades de participar en conductas de riesgo, tales como la aceleración rápida, el frenazo y giras bruscas al volante, durante este periodo. En comparación, los adolescentes todavía con el permiso de aprendizaje condujeron con seguridad y su índice de conducción arriesgada y de colisiones, o de incidentes donde casi hay una colisión, es similar a los de los adultos. El estudio se puede ver en la Journal of Adolescent Health.
“Dado el repentino aumento del riesgo de un accidente y lesiones cuando el adolescente comienza a conducir de forma independiente, nuestras conclusiones sugieren que pueden beneficiarse de una reducción más gradual de la supervisión de un adulto durante los primeros tres meses de conducir solos”, dijo Bruce Simons-Morton, Ed.D, M.P.H., investigador senior en el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) Eunice Kennedy Shriver de los NIH y uno de los autores del estudio.
El estudio es uno de los primeros que sigue a los mismos individuos continuamente, desde el comienzo del periodo de aprendizaje hasta el primer año de la conducción independiente, mientras se recopila información de forma constante utilizando software y cámaras instaladas en los vehículos de los participantes.
El estudio también evaluó la conducción de los padres en los mismos vehículos durante el mismo periodo de tiempo por carreteras similares y bajo condiciones de conducir similares a las de sus hijos. Los eventos en que casi hubo una colisión fueron los en que se necesitó una maniobra de última hora para evitar chocar, mientras que las propias colisiones incluían el contacto físico entre el vehículo del conductor y otro objeto.
El estudio incluyó a 90 adolescentes y 131 padres en Virginia, y el sistema de recopilación de datos fue desarrollado por el Virginia Tech Transportation Institute en Blacksburg.
En general, el estudio encontró que el índice de colisiones, y de incidentes donde el adolescente casi tiene una colisión, no se redujo durante el primer año de la conducción independiente, mientras que el índice de conducción arriesgada se redujo ligeramente. Según los investigadores, si los adolescentes aprendieran de sus experiencias, se esperaría que los riesgos de conducir se reduzcan consistentemente con el tiempo.
Los adolescentes también presentaron un mayor índice de conducción arriesgada bajo condiciones favorables – durante el día o por carreteras secas – en comparación con condiciones menos favorables – durante la noche o por carreteras mojadas. Este resultado indica que es posible que los adolescentes tomen más precauciones o que sean menos propensos a tomar riesgos durante las condiciones de conducción no favorables.
En una comparación de adolescentes de sexo masculino y femenino, el equipo del estudio encontró que el índice de conducción arriesgada no difiere por género durante el periodo de aprendizaje. Sin embargo, cuando los adolescentes entraron en la etapa de la conducción independiente, los chicos tenían un índice de conducción arriesgada más alto. El índice no se redujo consistentemente con el tiempo para los chicos; en cambio para las chicas, sí hubo una reducción. El índice de colisión y de incidentes en que el adolescente casi tiene una colisión fue parecido para ambos géneros y periodos de conducción.
“Durante el periodo de conducir con un permiso de aprendizaje, los padres están presentes, por lo que hay ciertas habilidades que los adolescentes no pueden aprender hasta que actúen por cuenta propia”, dijo Pnina Gershon, Ph.D., el autor principal del estudio. “Necesitamos una mayor comprensión de cómo ayudar a los adolescentes a aprender las habilidades de conducción seguras al no estar presentes los padres u otros adultos”.
Los investigadores tienen por objetivo identificar los factores que puedan mejorar la seguridad y reducir ciertos riesgos de la conducción. Planean considerar si la duración y la calidad de la práctica de conducir puedan predecir los futuros resultados durante el periodo de la conducción independiente. También explorarán cómo los pasajeros influyen en el riesgo de conducir durante los periodos de aprendizaje y de la conducción independiente.