Por José López Zamorano
Para La Red Hispana
Es imposible no hacer notar la paradójica coincidencia que la Casa Blanca festejará el Mes de la Herencia Hispana el 6 de octubre, un día después de que expire el plazo de reinscripción para 154,000 de los beneficiarios del Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA) y unos días después del viaje presidencial a Puerto Rico.
Ocho días después de formalizar el principio del fin de DACA el mes pasado, el presidente Donald Trump emitió su primera proclama oficial del Mes de la Herencia Hispana, en la cual exaltó el “papel prominente e importante” de los hispanoamericanos en la herencia nacional de Estados Unidos y exaltó el hecho de que encarnan el espíritu pionero de los Estados Unidos.
“Los hispanoamericanos empoderan a nuestras comunidades y a nuestra economía, gobierno y deportes… Este mes reconocemos las innumerables contribuciones de los hispanoamericanos que ayudan a hacer de nuestra nación una tierra de oportunidades, próspera y segura”, escribió.
Desde la emisión de la proclama, su administración ignoró sin embargo los llamados de legisladores para ampliar el plazo de inscripción de DACA, la mayoría de cuyos beneficiarios son hispanos– no sólo por las complicaciones derivadas de los desastres naturales en estados como Texas, sino por el reto que representa para sus familias conjuntar los 495 dólares de reinscripción.
Treinta y ocho senadores hicieron la petición de una extensión del plazo de reinscripción a DACA, argumentaron que ese tipo de extensiones se han hecho en otros casos y que en el caso de los dreamers les daría tiempo para completar el proceso. La petición cayó en oídos sordos.
Durante el mismo lapso, el gobierno federal fue criticado por legisladores de aplicar un doble estándar en los esfuerzos de rescate, asistencia humanitaria y reconstrucción de los 3.5 millones de ciudadanos estadounidenses que residen en Puerto Rico, comparado con los que mostró para los residentes de Texas y Florida.
El presidente esperó casi dos semanas para viajar a la isla después de la devastación causada por “María”, un claro contraste con sus dos viajes a Texas en la primera semana tras “Harvey” o su viaje a Florida a unos días de “Irma”. Más aún, prefirió una confrontación pública con la alcaldesa de San Juan, ante que reconocer las insuficiencias y corregir el rumbo.
Por supuesto que hay muchas razones para celebrar el Mes de la Herencia Hispana. A lo largo de la historia de Estados Unidos, los hispanos han refrendado su espíritu patriótico en todas las guerras, han revalidado su lealtad a los valores del sacrificio, el trabajo y la familia y hoy son el motor de millones de negocios generadores de prosperidad. Un trato digno, respetuoso e igualitario es la mejor celebración de la herencia hispana.
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