Mario Jiménez Castillo
El Observador
Comenzaremos por describir el péndulo como un peso suspendido de un punto fijo al que se le deja oscilar libremente de un punto a otro bajo la acción de la gravedad y que comúnmente es usado para regular el movimiento de relojes y otras maquinarias. Esta sería su definición de acuerdo al diccionario Webster, pero tal vez para algunos sea simplemente uno de los instrumentos utilizados en construcción para verificar la rectitud de paredes, puertas, vigas, etc.
El péndulo, es un instrumento muy simple y a la vez muy sensible y poderoso; capaz de leer e interpretar la energía que emana de nuestro subconsciente, capaz de discernir las respuestas y verdades que se encuentran en lo más profundo de cada uno de nosotros, a las cuales todos tenemos acceso, pero debido a los problemas y al bullicio de la vida cotidiana nos eluden la mayor parte del tiempo, por ello no logramos hacer ese contacto con el yo- interno que es el poseedor de todas las revelaciones, al estar conectado directamente con el consciente colectivo humano y universal. En esta categoría se puede decir que el péndulo es una “herramienta adivinatoria”, que nos asiste a la hora de brindar respuestas y soluciones que ya existen en nuestro subconsciente, poniéndolas en uso en la superficie consciente, logrando así que tomemos las decisiones correctas en nuestras vidas. El péndulo como tal, puede ser de gran utilidad para su propietario siempre y cuando tome un interés especial en conocerlo, familiarizándose con él, experimentando y aprendiendo a usarlo debidamente, incluyendo por supuesto las normas básicas para un buen mantenimiento.
A través de la historia el péndulo también se ha utilizado extensamente en el campo de la medicina, partiendo de investigaciones científicas que han llegado a la conclusión que el cuerpo humano irradia energía positiva y negativa.
El péndulo ha jugado un papel preventivo fundamental a la hora de localizar, detectar y tratar áreas específicas donde se pueden concentrar una gran cantidad de energías perjudiciales para la salud, las cuales, al no ser diagnosticadas a tiempo, pueden llegar a convertirse en serias condiciones patológicas. Al uso del péndulo en general se le llama Radiestesia; fue un sacerdote francés, el padre Bouly, quien a principios del siglo XX impusiera este término, el cual es una combinación de dos palabras: radius del latín que significa “irradiar” y aisthesis del griego que significa “sensibilidad”.
Francia sigue siendo el país que va a la vanguardia en el uso del péndulo, la mayoría de galenos franceses aplican la Radiestesia en sus tratamientos médicos y un gran porcentaje de los mejores libros sobre el tema han sido escritos por ciudadanos de aquel país.
París es considerada la capital del pendulismo, en cuyo seno se llevan a cabo anualmente convenciones a las que asisten miles de Radio estetas de todo el mundo, y es allí entre cafés al aire libre, boutiques, museos y bistros donde se pueden encontrar las más coloridas y espectaculares tiendas que se especializan en péndulos de toda clase, desde los más sencillos hasta los más elaborados y costosos, incluyendo también una muy buena selección de libros y todo lo relacionado con el tema.
Existe un sinfín de beneficios que podemos obtener del péndulo y sus aplicaciones en la vida moderna, ya sea como una herramienta para el desarrollo psíquico y espiritual, en nuestra vida personal y profesional, o en el campo de la ciencia. Es preciso que su poder se tome con mayor interés, estimulando la realización de nuevas investigaciones y estudios aun más profundos, de ese modo aprovechar de manera considerable las innumerables aplicaciones e invaluable ayuda que el uso del péndulo nos ofrece.
Con el péndulo se pueden realizar diversos rituales de curación y adivinación, por ejemplo se cree que asiste en la sanación de las chacras, además se le considera una herramienta de apoyo cuando se dan tratamientos con Reiki. También se utiliza frecuentemente para aclarar interrogantes; por ejemplo, para hacer preguntas de sí o no al péndulo, tómelo con la mano derecha, suspéndalo en el aire, medite y haga su pregunta mientras transmite su poder visual sobre él, si el péndulo gira de norte a sur la respuesta es positiva y si gira de izquierda a derecha la respuesta es negativa. Si gira circularmente en dirección de las manecillas del reloj la respuesta es sí, y si gira circularmente en dirección opuesta a las manecillas del reloj la respuesta es no. Si en dado caso el péndulo se mantiene inerte, deberá modificar su pregunta o formularla de una manera más explícita.