¿Existe La Magia Blanca?

Mario Jiménez Castillo | El Observador
Photo Credit: Jennifer Marquez / Unsplash

Por muchos siglos la magia blanca ha sido mal interpretada, manipulada y hasta utilizada para satisfacer fines religiosos, políticos y culturales. Numerosos mitos suelen señalar a la magia como una actividad sobrenatural, peligrosa, ilusoria y hasta satánica.

La magia como todas las ciencias que ahora conocemos, un día tuvo que emerger entre las tinieblas de lo desconocido, asimismo lo hicieron la física, la química, la medicina, la astronomía, la biología y la filosofía entre otras tantas. Sabios del pasado fueron tildados como dementes, juzgados, torturados, y algunos hasta condenados a morir; simplemente por dar a conocer sus conocimientos al mundo.

Tales fueron los casos de Nicolás Copérnico (1473-1543) astrónomo polaco quien difundió en aquel entonces la idea que la Tierra no era el centro del Universo y que giraba en su eje alrededor del Sol, asimismo Galileo Galilei (1564-1642) físico y astrónomo italiano, quien fuera apresado y sentenciado únicamente por hacerle saber al mundo que la tierra se movía.

Existe una lista extensa de brillantes talentos que con sus descubrimientos le dieron nuevos bríos a la vida terrenal, sin embargo; siempre han surgido seres con mentes caóticas, cerradas y opuestas al estudio y descubrimiento de todas las maravillas que la madre naturaleza ha dispuesto a nuestro alcance y para nuestro propio beneficio.

Es increíble pero cierto que en el propio siglo XXI aún se pronuncien argumentos obsoletos sobre las prácticas de la magia blanca.

En efecto todo ello ocurre debido a que la magia no presenta aparentemente leyes ni mecanismos que la definan o la defiendan como ocurre con otras artes y ciencias formalmente establecidas. Sin embargo nada escapa en nuestro planeta a la ley de la compensación. Un precepto aparentemente llano, pero que encierra la verdad más fundamental de nuestra existencia, por tal motivo la magia blanca o white magic! se encuentra directamente ligada a tal decreto universal.

Al mismo tiempo sí conlleva un aspecto sobrenatural que no causa daño, solamente crea cambios necesarios. Tampoco es satánica, porque la mente y las acciones del usuario son los factores que le dan el poder y la esencia. Por lo tanto y como existen los dos polos opuestos del universo, el yin y el yang, por lo cual se originaron los dos eternos rivales <el bien y el mal>> de los cuales nada ni nadie escapa.

Entonces por ende existen desde siempre dos tipos de magia: la magia negra y la magia blanca, antagonistas entre sí y separadas por una estrecha línea divisoria que podemos definir como “buena voluntad”.

Conociendo, obrando y actuando bajo los roles establecidos de la buena voluntad, la magia blanca no puede ni debe ser peligrosa, sencillamente es un medio que tenemos para atraer cambios benéficos, positivos y necesarios. La magia no es una maquinaria creadora de ilusiones, porque sus efectos son reales, visibles, tangibles y perseveran según nuestros propósitos.

Existen tres tipos diferentes de energía necesarias entre si, para dar vida a un ritual de magia.

La primera o energía primaria consiste básicamente en la energía personal, la fuerza que emana de nuestro de ser, el poder creado por la conjunción de mente, cuerpo y espíritu.

La segunda energía está regida por el poder de la Madre Naturaleza: las frutas, los vegetales, las hierbas, las flores, el agua, las piedras, el aire, el fuego, la tierra, los animales y todo lo creado en nuestro planeta se haya magistralmente envuelto en la esencia del poder terrestre.

El tercer factor fundamental consiste en la energía etérea, la fuerza vibrante del Creador y los espíritus de luz que vigilan y sustentan la creación divina.

Los rituales mágicos precisan extraordinariamente de los tres poderes para producir cambios reales y efectivos. El hombre con su energía produce la visualización (proceso mediante el cual se crean imágenes, circunstancias y episodios en la mente) y es por medio de la misma, que se llega a influenciar el poder de la naturaleza a través de sus pertenencias: la flora, la fauna, los elementos, las estaciones, el tiempo y el karma.

Ya establecida la comunión de los dos poderes ahora viene el llamado interactivo de ambos con el poder divino lo que llamaremos “trilogía poderosa”. En las prácticas de magia blanca siempre va expuesto un objetivo junto a una experiencia religiosa.

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