SACRAMENTO, Calif. — El proyecto de ley de reconciliación Build Back Better que se está negociando actualmente entre los demócratas del Senado aumentaría las sanciones a las empresas que violen las leyes laborales y los sindicatos están presionando para que se apruebe.
El proyecto de ley impondría multas civiles de hasta $100,000 por ciertas violaciones y haría responsables personalmente a los directores y funcionarios.
Anthony Testa, delegado sindical del Local 9510 de Communications Workers of America en el condado de Orange, dijo que algunas empresas se vuelven abusivas cuando los trabajadores intentan organizarse.
Hemos tenido trabajadores que han querido formar un sindicato pero fueron víctimas de empresas que hicieron comentarios despectivos, llevaron a la gente a reuniones separadas, básicamente intentando de desanimarlos o intimidarlos para que no se afiliaran a un sindicato”, relató Testa.
Los opositores argumentaron que los cambios serían una carga para las empresas y costarían puestos de trabajo.
Los grupos laborales son grandes partidarios de la Ley PRO, que fue aprobada en la Cámara de Representantes de Estados Unidos en marzo pero está estancada en el Senado. El proyecto de ley convertiría en una violación de la Ley Nacional de Relaciones Laborales exigir a los empleados que asistan a las llamadas reuniones de “audiencia cautiva”, reemplazar permanentemente a los huelguistas, bloquear a los empleados antes de una huelga o clasificar erróneamente a ciertos trabajadores como “no empleados.”
Dan Mauer, director de asuntos gubernamentales de Communication Workers of America, dijo que en este momento las empresas a menudo reciben un jalón de orejas por infracciones y los trabajadores continúan sufriendo.
“Si queremos reconstruir el movimiento laboral y, a su vez, reconstruir la clase media, tenemos que asegurarnos de que esos problemas se corrijan”, afirmó Mauer.
La Ley PRO también convertiría en una violación de la ley laboral discriminar a un empleado que se ha ofrecido a regresar incondicionalmente al trabajo después de una huelga.