SACRAMENTO, Calif. — Los sindicatos de maestros quieren ver cambios significativos en una propuesta que, según ellos, obligaría a las escuelas de California a reabrir en marzo, siempre y cuando estén fuera del nivel “purpura” o del nivel más estricto de las restricciones de COVID-19.
El Proyecto de Ley 10 (AB 10) se tomara como una medida de emergencia cuando la Legislatura de California regrese en enero.
El presidente de la Federación de Maestros de California (California Federation of Teachers), Jeff Freitas, escribió a los líderes legislativos estatales esta semana para oponerse a lo que el describe como un mandato general para reabrir.
“La única línea que no queremos cruzar es la de eliminar a la autoridad de control local. Nuestras juntas escolares, nuestros interesados locales, nuestros padres, nuestros educadores deben tener el derecho, el control y los datos para tomar las decisiones para ellos mismos.”
La carta indica que los maestros quieren regresar a clase, pero les preocupa que no sea seguro. Pide a California que establezca un sistema de seguimiento de los brotes en todo el estado, a medida que las escuelas reabren. También señala que AB 10 no contiene puntos de referencia para cosas como pruebas y rastreo de contactos en las escuelas.
Casey Carlson, un maestro de educación especial que se desempeña como presidente de la Federación de Maestros del Gran Santa Cruz (Greater Santa Cruz Federation of Teachers), cree que AB 10 no aborda muchos temas importantes.
“Se necesitan fondos para una P-P-E adecuada. Se necesitan fondos para una ventilación segura en los edificios escolares y para una intervención adicional que podría ser necesaria para los estudiantes que tienen que ponerse al día.”
El proyecto de ley está patrocinado por varios demócratas prominentes en la Legislatura.
