Mario Jiménez Castillo
El Observador
Una Santa muy venerada dentro de la comunidad católica mundial, su fecha de celebración es el día 18 de agosto. Según la leyenda y los historiadores, ella tuvo mucho influencia dentro del imperio romano y algunos historiadores afirman que cuando su hijo Constantino editó la Biblia y el Nuevo Testamento como los conocemos hoy en día, fue su madre Santa Elena quien colaboró con él en esta misión tan importante e histórica. Varios libros del viejo y nuevo testamento fueron extraídos, uno de ellos el de Santo Tomás Apóstol, quién afirmó en sus escritos que Jesucristo también tenía una vida sentimental, una esposa y que fue padre de una niña. Para las iglesias católicas y cristianas en general esto es una blasfemia, pero vivimos en un mundo lleno de hipocresía religiosa, donde sacerdotes abusan sexualmente a menores de edad, pastores roban y se enriquecen ilícitamente y nadie dice nada, preferimos guardar silencio.
¡Que Dios nos perdone!
Santa Elena nació en una posada en Bitinia, de la cual su padre era el dueño. A muy joven edad se desposó con un general romano, llamado Constancio. Del matrimonio nació un hijo llamado Constantino. Cuando Constancio llegó a convertirse en el sucesor del imperio, abandonó a Santa Elena y se casó con la hijastra del emperador. El hijo de ambos, Constantino, ganó una serie de importantes batallas que le convirtieron en emperador y nombró a su madre reina e hizo que su rostro fuera grabado en las monedas del imperio.
Constantino se convirtió al cristianismo e hizo que su madre también se convirtiera. En pleno sexenio de su vida, Santa Elena se volvió cristiana y repartió entre los más necesitados, muchas de las riquezas del imperio romano.
Según cuenta la tradición oral, Santa Elena viajó a Palestina y se dice que encontró vestigios de lo que fue la cruz de Jesucristo, la que aún conservaba tres clavos. Con la cruz curó a varias personas de enfermedades incurables como la lepra. Años después, Santa Elena hizo que se construyera una iglesia en el sitio en donde encontró la cruz.
Peticiones: se le pide por la salud de otras personas. Es la patrona de los divorciados y miles de ellos han sido testigos de milagros de amor. Muchos fieles que se han separado de sus parejas o han perdido el amor de las mismas, le piden a la Santa con mucho fervor y son millares de testimonios que dan fe de los milagros que han sido obtenidos a través de la fe en las oraciones e invocaciones a Santa Elena.
Oración a Santa Elena
Santa Elena, excelsa reina, que fuiste al calvario
y tres clavos trajiste. El primero lo tiraste al mar,
el segundo lo consagraste y el tercero, yo te lo pido,
para que por medio de él, mis súplicas sean escuchadas,
mis lamentos atendidos y mis necesidades satisfechas.
Que venga la dicha y nadie la detenga. Que venga la paz
y nadie la detenga y que venga el amor de la persona
que me convenga. Todo te lo pido en honor y gloria
al Redentor, nuestro Señor Jesucristo.
Amén.