Por José López Zamorano
La Red Hispana
Más latinos trabajan en la agricultura que el resto de los grupos raciales o étnicos de Estados Unidos en su conjunto. De acuerdo con cifras censales, más de 736,000 latinos laboran en el campo, la pesca y los bosques, comparado con 638,000 no-hispanos.
La conexión entre los latinos y el campo trasciende empero la dimensión estrictamente laboral y alimentaria. Para muchos de nosotros, especialmente quienes crecimos en zonas rurales, los seres humanos y el agro somos parte de una unidad de vida, tradiciones e identidad.
Por eso no sorprende que, durante casi una década, un hispano ha dedicado su tiempo y esfuerzo a promover el concepto de que mejorar la salud de la tierra es la clave para incrementar la producción agropecuaria, uno de los pilares de la economía de Estados Unidos.
Se trata de Rudy García, un especialista agrónomo regional del Servicio de Conservación de Recursos Naturales (NRCS, por sus siglas en inglés) para Nuevo México, Utah, Arizona y Colorado, quien ha dedicado una parte de su vida a plantar en los productores la semilla del concepto de la salud de las tierras.
Sus talleres enseñan a los productores nuevos métodos de planeación, desarrollo y monitoreo de un sistema de cultivos integrados, que consiste en el manejo de irrigación, cobertura y rotación de cosechas, manejo de residuos y de nutrientes, así como control de pestes y labranza para la conservación.
La premisa de los talleres es indiscutible: los suelos más saludables son aquellos con mayor diversidad y abundancia de vida, por lo tanto, aquellos productores que promueven la salud de sus tierras y la diversidad en la superficie de los campos de cultivo tienen más y mejores cosechas con un uso más razonable de pesticidas.
“No hay duda que mejorar la salud del suelo es uno de los métodos más sencillos y efectivos para que los productores agrícolas incrementen no sólo la productividad, sino también la rentabilidad de sus cultivos y al mismo tiempo conserven el medio ambiente”, sostiene Rudy García.
No se trata de un asunto menor. Para el año 2050 es necesario aumentar la producción agrícola por un 60% para satisfacer las necesidades alimentarias de la humanidad, de acuerdo con estimaciones de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura (FAO).
Más aún, cada año se pierde más de 24,000 millones de toneladas de suelo a nivel global, de las cuales más de 2,000 millones están ubicadas en los Estados Unidos.
Por lo tanto, Rudy recomienda a los productores mantener el suelo cubierto lo más posible, limitar el movimiento y cultivo del suelo lo menos posible, conservar plantas creciendo todo el año para que alimenten el suelo y diversificarlo con rotación de cultivos.
Tanto consumidores como granjeros deberíamos de aprender más sobre la salud de nuestras tierras: el beneficio es personal y colectivo. Para aprender más sobre Rudy y los servicios para productores agrícolas del NRCS, visite LaRedHispana.org.