Mario Jiménez Castillo
El Observador
San Juan de Dios es un santo muy aclamado dentro del catolicismo, es conocido entre los fieles como un santo muy milagroso, especialmente en asuntos referentes a la salud. Hay miles de testimonios documentados de pacientes que han dado fe y testimonio que recibieron asistencia de este santo durante sus padecimientos. Fue un humilde pecador que supo enderezar su camino ayudando a otros a cambiar sus vidas. Su fecha de celebración es el día 8 de marzo.
De niño fue bautizado con el nombre de “Juan Ciudad”, nació en Portugal en 1495, quedó huérfano desde muy joven. Por un tiempo durante su juventud, viajó por varios países europeos y luego entró en el servicio militar. Años después se dedicó a diferentes ocupaciones como, pastor, vendedor, supervisor de esclavos, vendedor de libros y pinturas religiosas, y administrador del estado. Era señalado por quines le conocían por cometer excesos sexuales y otros pecados. Su fama en ese tiempo no era la mejor.
Cuando tenía alrededor de cuarenta y tres años de edad, escuchó un sermón de San Juan de Ávila, y se convirtió con tanta pasión al cristianismo, que públicamente anunció todas sus faltas, y fue tanto apasionante su fervor, que muchos consideraron que se había vuelto loco y le encerraron en un asilo para dementes por varios meses. San Juan de Ávila le visitó y convenció que desistiera de su penar público y que dedicara su energía a algo que ayudara a otros y a si mismo. Juan comenzó un nuevo camino inmediatamente cuidando de los otros ingresados en el asilo. El resto de su vida lo dedicó a dar posada y cuidado a los necesitados. Rentaba una casa donde podía cuidar de los abandonados y enfermos, y los milagros comenzaron a suceder. Recibía ayuda, contribuciones, y su trabajo creció. Asistía a todo aquel que venía a él, incluyendo vagabundos, borrachos y meretrices. Cuando le preguntaban por qué ayudaba a personas de ese carácter, Juan decía simplemente “El Hijo de Dios vino de pecadores.” San Juan de Dios es el Santo Patrono de los que trabajan en hospitales y de escritores y distribuidores de libros religiosos.
Peticiones: Se le reza para curarse o liberarse de cualquier padecimiento, ya sea físico o emocional. Se le ruega especialmente por aquellas personas que han de someterse a cualquier tipo de cirugías y por pacientes que esperan recibir un transplante de órganos.
Oración
Señor, tú que llenaste de fe y misericordia el espíritu de
San Juan de Dios, haz que nosotros, practicando las obras
de caridad, merezcamos encontrarnos un día entre los elegidos
de tu salvación, el día del juicio final.. Tu esperanza era confianza
en el Salvador “no confiar en sí mismo, sino sólo en Jesucristo, pues
solo él sabe mi corazón, y nos dará la vida eterna” Desde tu
benevolencia y fe, bendito San Juan de Dios, ayúdame en ver a
Dios como mi padre omnipotente y a Santa María, como mi madre celestial.
Amén.