Mario Jiménez Castillo
El Observador
Millones de fieles devotos conmemoran en estas fechas a la Virgen Morena, Virgen de Guadalupe, son millares de personas quienes llegan a la Basílica de la Virgen en la ciudad de México, el día 12 de diciembre, según los fieles, el caudal de sus milagros es incalculable. La Virgen de Guadalupe fue coronada canónicamente el 12 de octubre de 1895 por el Papa León XIII. Son también notables los santuarios a la Virgen de Guadalupe en Cáceres, España y en San Salvador, El Salvador, lugar en donde también se apareció la Virgen Morena en 1953, por lo que se le edificó una hermosa basílica.
San Juan Diego fue finalmente canonizado en el año 2002 por el Papa Juan Pablo II, convirtiéndose así, en el primer Santo de origen indígena.
La Virgen Morena, La Sagrada Virgen de Guadalupe, es la Reina de México y Emperatriz de América.
La devoción a la Virgen de Guadalupe, se ha convertido con el paso de los siglos, en todo un dogma inalterable de la fe católica. Sin embargo, existen personas que han puesto en duda que dichas apariciones sean reales, ha llamado mucho la atención los comentarios del Papa Francisco al respecto de si son verídicas o no dichas apariciones. Un Abad llamado Guillermo Schulenburg, también puso en duda las apariciones de la Virgen Morena y hasta intentó desacreditar la existencia del indio Juan Diego, enviando una carta al Vaticano para que se le pusiera un alto a su canonización. En aquel momento miles de sacerdotes, obispos y cardenales, se opusieron al abad, adjudicándole el nombre de “católico de pobre fe”.
La controversia surgió debido a unas pruebas que se le hicieron a la mantilla original, la cual según la historia, Juan Diego presentó como evidencia de las apariciones ante el poder eclesiástico. Uno de los investigadores puso en tela de juicio la autenticidad de la mantilla. Las apariciones de “la Virgen María” siempre han sido puestas en duda, lo mismo sucedió en Fátima, Portugal y con la Virgen de Lourdes en Francia.
La Virgen de Guadalupe se apareció por primera vez al indio Juan Diego, en el Cerrito del Tepeyac, el 9 de diciembre de 1531, pidiendo que en ese lugar se levantara un templo en su honor. El obispo de ese entonces, Fray Juan de Zumárraga, recibió la noticia con mucha reserva. Posteriormente el 12 de diciembre la Virgen volvió a aparecerse y le pidió al indio que recogiera las rosas que brotarían en el cerro. Juan Diego las recogió, las colocó en su ayate y fue y las mostró al Frayle como prueba de la aparición. Cuando el indio desdobló su ayate, la imagen de la Virgen de la Concepción estaba plasmada en la túnica. Y fue así como el Frayle y los demás prelados de la iglesia fueron testigos de aquel milagro.
Oración a la Virgen de Guadalupe
Piadosa Virgen María de Guadalupe, dales clemencia, amor
y comprensión a todos los fieles que te veneran y vuelan
en busca de tu noble protección.
Que tu intercesión, al igual que la fragancia dulce de las rosas,
ascienda a tu divino hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Que él pueda oír nuestras oraciones, escuchar nuestras súplicas,
secar nuestras lágrimas, y darnos sagrada ayuda y asistencia.
Amén.