Honor a quien honor merece

Red Hispana
Photo Courtesy: Flickr.com/Texas Military Department

Por José López Zamorano

Para La Red Hispana

Dice un dicho que “honor a quien honor merece”. Y este mes el adagio se cumplió a cabalidad, primero con la entrega de las Medallas de las Artes y Humanidades a 4 México-americanos y a un español entre una veintena de estadounidenses; y, por separado, con los Premios de la Herencia Hispana a un haz de notables latinas y latinos que han enriquecido a este país con su talento y carácter.

Fue el presidente Barack Obama quien encabezó en la Casa Blanca la ceremonia de reconocimiento a la escritora Sandra Cisneros, al dramaturgo Luis Valdez, al novelista Rudolfo Anaya, al músico chicano Santiago Jiménez y al chef José Andrés. No fueron los únicos galardonados, pero fueron los nuestros.

Sus méritos son tan diversos como sus personalidades. Si no todos les suenan familiares los invito a profundizar en sus vidas y obras sumergiéndose en esa mágica enciclopedia instantánea que es el Internet. Tienen todos algo en común, como dijo el presidente Obama, pues son “los mejores en lo que hacen”.

Es una gran definición del éxito personal o profesional: no importa si escribes una novela, tocas una canción o cocinas una sopa. Si haces el mejor esfuerzo, serás recompensado con la satisfacción del deber cumplido. Los premios no son la meta, sólo la cereza del pastel.

No muy lejos de la Casa Blanca, en el majestuoso Teatro Warner, la Fundación de la Herencia Hispana (HHF) otorgó otros reconocimientos no menos importantes a un puñado de latinos, cuyo esmero y talento los ha encumbrado no sólo entre sus pares, sino como modelos de la comunidad.

Recibieron preseas la primera latina magistrada de la Suprema Corte de Justicia, la puertorriqueña Sonia Sotomayor, el escritor de origen dominicano Junot Díaz, la actriz mexicana Angélica María, los cantantes Prince Royce, y J. Balvin, los empresarios George Herrera, Tony Jiménez y Fania All Stars, que no requiere presentación,

Entre todas las personalidades galardonadas me atrevo a decir que fue Junot Díaz quien capturó con su breve, pero profundo discurso de aceptación el espíritu de los tiempos que corren, cuando agradeció en voz alta la distinción y decidió compartirla con su comunidad latina, caribeña, especialmente a los jóvenes indocumentados:

“Nuestra comunidad es el modelo de fuerza, de resistencia de creatividad. Somos el único súper poder que este país conocerá. Sobrevivimos todo lo que este mundo nos lanzó: sobrevivimos guerras, sobrevivimos dictadores, sobrevivimos torturas y violencia, violencia interminable y fronteras, todas las malditas fronteras y la soledad de la promesa de una nueva tierra… nuestra historia es una saga épica y una odisea. Cruzamos continentes y océanos y cada vez que no había un camino, hicimos un camino. Somos los hijos de puentes, puentes hechos de nuestras espaldas, nuestras lágrimas, nuestros sacrificios y de todos los que nunca pudieron cruzar con nosotros”.

Sus palabras finales fueron una bofetada con guante blanco a quien le asiente: “nosotros en la comunidad latina somos los héroes más grandes que nuestro mundo ha conocido y a pesar de todo lo que hacemos y todo lo que somos, nos encontramos atacados y demonizados y en peligro, no sólo en este país; en todo el mundo comunidades como la nuestra están bajo asalto y eso por eso que no podemos sólo sobrevivir o vivir, tenemos que pelear por justicia, tenemos que pelear por igualdad”.

Imposible poner en palabras más elocuentes lo que significa la experiencia del migrante, que es universal. Que mejor manera que dar esa pelea de la que habla Junot Díaz con el ejercicio deliberado de nuestros derechos, uno de los más importantes de los cuales es el voto. Se dice que el voto es nuestra voz, nunca más cierto que ahora.

Para más información visita www.laredhispana.org

Categories
Opinion

RELATED BY

0