VIVA

La gente está esperanzada en ambas partes..Cada vez son más los convencidos de que el odio no genera nada bueno, y el enfrentamiento se ha vuelto estéril. Y por ese camino no se llega a ningún punto que valga la pena.

EL OBSERVADOR

Tuvimos el placer de hablar con los actores Hector Medina and Luis Alberto Garcia (Juan of the Dead, Love by Mistake, El Elefante y la Bicicleta, Clandestinos) de la pelicula VIVA, que es una produccion cubana/irlandesa. La pelicula tiene a un joven peluquero (Héctor Medina) entra en conflicto con su distanciado padre (Jorge Perugorría), cuando su sueño de actuar “en drag” que se hace realidad.Felicidades en la película y todos los alojos con los festivales.

¿Cuál fue la preparación que tuvieron para esta película? ¿Tomaron la inspiración de algún otro personaje o persona famosa?

LUIS ALBERTO: En un principio, el director de la película al hacerla intento que por lo menos los personajes nada más lo hiciera un “drag queen” real, haciendo un show igual como en un club… Igual de prohibido, de clandestino. Pero luego se dio cuenta que no era todo; que doblaba bien las canciones pero que no iba a estar bien en las escenas en las que había que actuar y, por lo tanto, decidió por un buen actor. En la película junto conmigo y con Hector trabajan muchos “trans” reales que hacen eso todos los dias de sus vidas, y tuvimos, por suerte, un coach que es un coreógrafo de la televisión cubana que se llama…

HECTOR: Julis Vanis

LUIS ALBERTO: Qué nos enseñó a movernos, a bailar, como se camina con tacones, como son los ademanes.

¿Qué fue lo más difícil aprender?

HECTOR: En mi caso también, Viva también tiene referencias en cuanto a la imagen y el peinado, y tiene referencias de origen Audrey Hepburn. Así lo quiso el director, y entonces también cogimos la imagen y todo eso.

LUIS ALBERTO: Y hay toda una lista de cantantes latinoamericanos, no solo cubanos, y tienen un estilo, digamos, muy temperamental a la hora de decir la canción – son sobre las mujeres que son fuertes, que expresan sentimientos fuertes en contra de los hombres. Y claro, esa canción al mundo trans y gay en general les encanta; prestan mucho para ser actuada de manera muy dramática – algo que existe en muchos países latinoamericanos. Paquita La Del Barrio, por ejemplo, en México.

¿Cómo puede uno convertir ese machismo latino ahora en esta cultura que tenemos? ¿Qué puede hacer una persona joven que este en las mismas circunstancias que en Viva?

LUIS ALBERTO: Hay un tema que se repite en la película, algo así como “find your own voice” – encontrar su propia voz. Eso es lo que es fundamental; que los jóvenes traten de ser lo que son en realidad. Porque vivir escondido por toda una vida es llevar una vida miserable. Por muchas cosas que se traen en contra y por muchas incomprensiones, al final la pelea siempre tratar de ser tú mismo. No escondas lo que eres. Y eso vale para todo, no solo para la elección sexual. Vale para todo en la vida. Por otro lado, en nuestro continente – hablo de América Latina – la realidad es algo extremadamente difícil. No es que venga en la sangre ni en los genes pero si es algo que te enseñan desde la cuna, y machistas son los hombres y las mujeres. Además, son países muy religiosos – católicos la mayoría – y ven todo esto del mundo gay, transexual, trans, consignado por la religión. Son países con mucho prejuicio contra los que tienen una dirección sexual distinta. Eso no se cambia de la noche a la mañana.

Durante el recurso de esta película y su promoción, ¿cómo han visto que ha cambiado la gente en como recibe la película? ¿Cómo la recibe la comunidad gay y trans?

¿Han visto un cambio en los latinos?

LUIS ALBERTO: Todavía no la hemos empezado en América Latina – solo la hemos visto nada más en Cuba tres veces. Y ahora que empiezan la película por todos los Estados Unidos. Pero yo pensaba hace muchos años que este tema del prejuicio era nada más en Latinoamérica… y no. En otros países del mundo también existe. Y también muchas veces tienen una vida de mierda las personas que son diferentes.

HECTOR: Igual yo creo que en la película solo llega un público gay. Por ejemplo, yo hace poco regresé de Nueva York. Pusimos la película y la reacción de la gente es muy buena – no solo de la gente gay. Y ahora también decías que si nuestra película había una solución… no creo que haya una solución para ese tema del machismo y de encontrar a la propia voz. No creo que lo solucionen, pero sí creo que puede incentivar a uno a buscarse a uno mismo. Creo que es el gran tesoro de la película – que te incentive, que te ponga a pensar. No solo a los gays.

LUIS ALBERTO: Una obra de arte no va a cambiar al mundo. Del momento preferimos decir que encuentres tu propia voz y no encuentra tu propia voz kids.

HECTOR: (se rie)

¿Tienen un nuevo respeto para la gente trans y la mujeres en vestido, tacon, y maquillaje?

LUIS ALBERTO: Siempre tuvimos este respeto. Yo nunca he tenido el prejuicio.

HECTOR: Si, si.

LUIS ALBERTO: Yo soy actor, entonces podrás imaginar cuantas personas así he visto desde que era un niño y ya tengo 54 años. En mi casa nunca se inspiró esa atmosfera homofóbica o algo así por el estilo. Todo por el contrario.

HECTOR: Y en mi casa, por ejemplo, mi mama me ayudo para hacer el casting de esa película. Mi mejor amigo es gay, y por mucho tiempo de su vida hizo drag queen en varios lugares, cabaret que hay en La Habana. No creo que haya sido la película lo que nos haya cambiado. Creo que uno, como artista, por lo general es bastante abierto a esto y bastante sensible al tema gay y a otros temas también.

Ahora que ha mejorado la relación entre los Estados Unidos y Cuba, ¿cómo han visto el cambios en la gente o los que vienen a visitar. Cuál es el sentimiento que tiene la gente cubana?

HECTOR: Felicidades! Eres como la décima quinta persona que nos hace esa pregunta!

LUIS ALBERTO: La gente está esperanzada en ambas partes. En ambas orillas, cada vez son más los convencidos de que el odio no genera nada bueno, y el enfrentamiento se ha vuelto estéril. Y por ese camino no se llega a ningún punto que valga la pena. Entonces, si finalmente hay una atmosfera de permisibilidad y de respetar al diferente – eso también está en nuestra película, que se repite al diferente – eso va a ser bueno para Cuba a lados extremos, para Estados Unidos también, y para el mundo en general. Make love, not war!

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