La Campaña Nuevos Americanos busca romper los mitos sobre la ciudadanía

Busca romper los mitos sobre la ciudadanía

Jenny Manrique / Especial para El Observador

De los cerca de 9 millones de residentes permanentes en Estados Unidos que son elegibles para adquirir la ciudadanía, menos de un millón se naturalizan al año. La baja tasa motivó a defensores de los derechos de los inmigrantes y proveedores de servicios legales a lanzar en 2011 la Campaña Nuevos Americanos para aumentar las tasas de aplicación.

A la fecha, la iniciativa se ha extendido “a 18 ciudades en las que se realizan talleres gratuitos de ciudadanía que han permitido que cerca de 200.000 inmigrantes se hagan ciudadanos”, dijo  Vanessa Sandoval, directora del programa de servicios legales de inmigración de la Red de Servicios, Educación y Derechos de los Inmigrantes (SIREN en inglés), una de las organizaciones aliadas de la campaña. “A través de estos talleres mensuales, hemos ayudado a completar hasta 200 aplicaciones en un día, con individuos de 14 diferentes nacionalidades.”

Junto a Sandoval, promotores de la campaña y representantes de medios étnicos compartieron una mesa redonda organizada por New America Media en San José el pasado 5 de febrero, para discutir el impacto político de la naturalización en las elecciones presidenciales de 2016 y el rol del Área de la Bahía en la divulgación de este derecho dentro de sus comunidades.

“La mayoría de los inmigrantes necesitan guía y orientación. Como no conocen sus derechos todavía tienen miedo a la deportación. Prefieren quedarse en sus casas, que participar en procesos sociales”, agregó Sandoval, al invitar a más inmigrantes a que asistan a las jornadas de capacitación. “En los talleres el 80% de los asistentes son latinos y el 60% son mujeres. Necesitamos que más hombres y otras comunidades se involucren, incluso los angloparlantes”, señaló.

John Kramar, Director de Distrito de los Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS en inglés) recordó que aunque sin duda la elección presidencial es un incentivo, “cada año los ciudadanos estamos eligiendo autoridades del ayuntamiento, de las juntas escolares, del condado. Participar en la vida política es un trabajo crucial de nuestras comunidades.”

El oficial aseguró que una de las tareas más importantes es “desmitificar” el proceso de naturalización en el que el miedo a la entrevista y al examen “es la mayor barrera” para que la gente se anime a pedir su ciudadanía. “Más del 80% de quienes aplican, obtienen la ciudadanía y quienes no pasan el examen, tienen una segunda oportunidad para presentarlo en un lapso de 90 días”, señaló.

El representante de USCIS enseñó a los asistentes los nuevos kits educativos que incluyen tarjetas de educación cívica para el examen de naturalización en varios idiomas, y advirtió que toda la información sobre el proceso está online y es gratuita, “de manera que los sitios web que piden tarjetas de crédito o instalar plugins para poder acceder, son fraudulentos.”

El proceso dura de cuatro a seis meses. Aunque los formularios piden precisión en datos como fechas de entrada y salida del país por ejemplo, “la entrevista es un buen momento para explicar extendidamente algún error involuntario”. Kramar enfatizó en que los adultos mayores de 50 años que tienen residencia permanente por más de 20, pueden presentar el examen en su idioma natal. “Mucha gente piensa que debe memorizar las 100 preguntas, y no es necesario pues solo se preguntan aleatoriamente 10”; añadió. Inmigrantes con alguna discapacidad mental, también pueden ser eximidos de ciertos requisitos si cuentan con una certificación médica.

“Ahora tenemos la llave de la libertad”

(Continued from page 7) Del panel también participaron Liliana Guzmán Vengco y Hoang Truong, quienes compartieron el significado que ha traído a sus vidas convertirse en ciudadanos.

“Yo tuve que tomar un taller con la Alianza Legal de Asia porque no estaba seguro de que mi inglés fuera suficiente para el examen”, contó Truong quien llegó de Vietnam en 2009, trabajó como cajero en MacDonalds mientras estudiaba en la universidad y fue el último de su familia en obtener la ciudadanía. “Ha sido increíble para mí y mi familia. Ahora tenemos la llave de la libertad, de una mejor educación, del derecho a votar. En suma a una mejor calidad de vida.”

Por su parte Guzmán Vengco, nacida en Filipinas, soñaba con hacerse ciudadana para acceder a los “eficientes” beneficios que el país ofrece a los adultos mayores y que descubrió mientras trabajaba como voluntaria en un centro comunitario para personas de la tercera edad.

“Después de seis años de residencia, decidí aplicar. La entrevista la tuve a los dos meses y medio y esperé un mes y medio más para la ceremonia. Todo el estrés y la ansiedad se fueron cuando me tomaron las huellas biométricas. Debo decir que siempre estuve informada del calendario y el proceso“, dice la mujer, hoy retirada.

Para Zulma Maciel, asistente en la Oficina de Asuntos de Inmigrantes de la ciudad de San José, el mayor beneficio de la naturalización es el empoderamiento que le da a los inmigrantes. “Es beneficioso también para las ciudades. Significa empoderamiento cívico porque los inmigrantes hacen inversiones más profundas en sus comunidades, la recolección de impuestos locales aumenta. Sin duda la economía local se ve favorecida.”

Maciel explicó que en el marco de la campaña educativa, la ciudad de San José tiene una alianza con las 22 bibliotecas del sistema público en donde instalaron una ”esquina de la ciudadanía”, con materiales gratuitos y con posibilidad de imprimir los formularios de aplicación también sin costo.

Monisha Merchant, coordinador de New America Workforce del Área de la Bahía, añadió que su organización también ofrece talleres a inmigrantes y sus familias pero directamente en el lugar del trabajo, tarea para la cual ha logrado alianzas con 35 empresas. “Hemos ofrecido mas de 50 sesiones sobre ciudadanía en las que invitamos al empleador a que reconozca que apoyar este proceso, también contribuye a mejoras en el reclutamiento, la productividad y fidelidad a su empresa.”

El dinero, la otra barrera

La Campaña Nuevos Americanos ha logrado el ahorro de $172 millones de dólares en costos legales y de aplicación, educando extensivamente sobre los perdones de pago que aplican para aquellos que no tienen los $680 que cuesta este trámite.  Los inmigrantes que ya reciben asistencia social o cuyo ingreso es menor a la línea de pobreza federal están exentos de este pago. Sin embargo aquellos que no estén en estas dos categorías, y puedan demostrar “que están pasando alguna dificultad financiera o que adquirieron una deuda estudiantil o médica, o por ejemplo están pasando por un proceso de desalojo, pueden pedir el perdón de pago”, explicó Vanessa Sandoval de SIREN. “Hay que tener en cuenta que estas decisiones son discreacionarias, pero el inmigrante tiene derecho a pedir revisión de su caso.”

Como el proceso de naturalización dura de 4 a 6 meses, la campaña tiene ahora un objetivo puntual: empoderar a los residentes legales para que apliquen cuanto antes y así se puedan registrar para votar en las elecciones de noviembre. Los siguientes talleres gratuitos serán el 20 de febrero en Richmond, el 27 de febrero en San Francisco y San José simultáneamente, y el 8 de marzo en Richmond. Un completo calendario de actividades se puede encontrar en el website de la Campaña Nuevos Americanos  y un compendio de guías virtuales en el portal Citizenshipworks .

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