Con el arribo de la época de las festividades decembrinas que traen consigo varias celebraciones -y en muchos casos incluyen alcohol- vale la pena recordar que la prevención al volante y fuera del debe ser nuestra principal invitada.
Año tras año, las cifras se repiten. Durante las festividades aumentan dramáticamente los accidentes de tránsito y por tanto, las fatalidades que los acompañan. Sólo entre el 8 y el 31 de diciembre 1,180 personas murieron en las carreteras del país, y cerca del 30 por ciento de esos accidentes el alcohol estuvo involucrado.
El primero de enero es uno de los días más fatales en las carreteras de este país y -todo de acuerdo con la Administración Nacional de Tráfico y Seguridad en las Carreteras -NHTSA- en diciembre de 2013 hubo 733 fatalidades que involucraron al menos un conductor o conductor de motocicleta con una concentración de alcohol en la sangre (BAC) de 0.08 o más. 23 de esas muertes ocurrieron en el Día de Navidad.
Así que para no arruinar -y arruinarle a los demás- estas celebraciones debemos recordar que conducir bajo los efectos del alcohol puede traer consecuencias nefastas, que si no terminan en el cementerio, pueden terminar en la cárcel o por lo menos, dejarte sin licencia de conducir y con una altísima multa por pagar.
Conducir bajo los efectos del alcohol es siempre una elección. Si sabemos los riesgos que implica y sin embargo, optamos por tomar el control de un vehículo después de haber bebido, estamos enfrentando muchos riesgos y estamos poniendo en peligro no solo nuestra vida, si no el de muchas otras personas. ¡Eso es irresponsable!
Si vamos a celebrar lejos de casa, podemos elegir previamente a una persona que nos regrese al hogar sano y salvo. Si eso no está dentro de nuestras posibilidades, debemos considerar la opción de dormir en el lugar de la fiesta o no tomar bebidas alcohólicas.
Y si usted es una de las personas que tiene conciencia de la importancia de ser responsable en las carreteras, en esta y en todas las temporadas, es importante que sepa que es también responsabilidad de todos mantenerse alerta. Si vemos a un conductor ebrio en la carretera debemos llamar a la policía inmediatamente y cuando esté en nuestras manos, impedir que una persona que ha bebido conduzca.
Si la tolerancia de las autoridades con los conductores ebrios es nula, la nuestra debe serlo también.
Y es que un solo trago puede afectar el juicio y aumentar el riesgo de ser arrestado por conducir ebrio, o de tener un accidente.
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Conducir después de beber nunca debe ser una opción.